LONDRES.- Cuando Isabel II de Reino Unido se dirija a su nación el día de Navidad,
marcará el final de uno de los años más difíciles de su largo reinado.
En los últimos 12 meses, su esposo se vio involucrado en un accidente
automovilístico, sus nietos, los príncipes Guillermo y Enrique, se
distanciaron, y su segundo hijo, el príncipe Andrés, quedó enredado por
sus vínculos con el deshonrado financiador estadounidense Jeffrey
Epstein.
La reina se refirió a 1992 como un “annus horribilis”
(año horrible). Colapasaron los matrimonios de tres de sus hijos,
incluido el del príncipe Carlos con la princesa Diana, y su hogar en el
Castillo de Windsor quedó dañado por un incendio.
“Obviamente no
volverá a usar esa frase”, dijo la biógrafa real Penny Junor. “Pero
sospecharía que de alguna manera este (año) ha sido aún peor”.
En
enero, el esposo de Isabel, el príncipe Felipe, de 98 años, tuvo un
accidente automovilístico cerca de la finca de Sandringham en el este de
Inglaterra. Tuvo que renunciar a su licencia de conducir después de que
recibió una advertencia de la Policía por conducir sin usar el cinturón
de seguridad.
El príncipe Enrique y su esposa Meghan enfrentaron
historias cada vez más hostiles en la prensa, que culminaron con la toma
de acciones legales contra una serie de tabloides. Enrique también dijo
que él y su hermano mayor, el príncipe Guillermo se habían distanciado,
sin dar detalles.
La propia reina se vio envuelta en
disputas políticas sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea,
con su suspensión del Parlamento en septiembre a instancias del primer
ministro Boris Johnson, medida declarada ilegal por el tribunal superior
del país.
Pero, con mucho, lo más negativo fue el escándalo por
la relación de Andrés con Epstein, y las acusaciones de que el príncipe
había tenido relaciones sexuales con una niña de 17 años.
Una
entrevista que el hijo menor de la reina dio a la BBC en noviembre
negando las acusaciones fue considerada un desastre por los medios
británicos, lo que lo llevó a renunciar a sus deberes públicos. Aun así,
el año puede no haber sido una catástrofe total.
“La
mayoría de la gente considerará que 2019 no es un año particularmente
bueno para la institución, pero la reina salió bastante bien”, apuntó
Dickie Arbiter, secretario de prensa de Isabel de 1988 al 2000.
“La
monarquía ha evolucionado a lo largo de 1.000 años. Ha tenido todo tipo
de circunstancias en contra, pero ha sobrevivido. Sobrevivió en 1992,
sobrevivió a la abdicación del (Rey Eduardo VIII en) 1936, sobrevivió a
2019”.
Algunos incluso afirman que la familia real
eventualmente podría emerger fortalecida, y que los traumas de este año
podrían sentar las bases de una nueva monarquía reducida, un objetivo a
largo plazo del futuro rey, el príncipe Carlos.
El heredero fue
clave en la decisión de que Andrés fuera “despojado” y efectivamente
despedido de su trabajo, dijo el historiador real Robert Lacey.
“En
cierto modo, es una tragedia, pero es una ventaja ver a Carlos jugar un
papel positivo en los eventos”, agregó Lacey, el consultor histórico de
la popular serie de televisión de Netflix “The Crown”.
“Después de 20
años, Carlos finalmente se está saliendo con la suya”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario