LA HABANA.- Cuba
cuenta desde este sábado y por primera vez desde 1976 con un primer
ministro, cargo que ocupará el hasta ahora responsable de Turismo,
Manuel Marrero, un arquitecto de 56 años cuya misión principal será la
de supervisar el día a día del Gobierno como "brazo derecho" del
presidente.
En
la misma sesión en la que fue designado Marrero, el presidente cubano,
Miguel Díaz-Canel, sustituyó a los ministros de varias áreas
estratégicas para la comprometida economía de la isla, sumida en
problemas agudos por el incremento de las sanciones de Estados Unidos y
la prolongada crisis de Venezuela, su principal aliado.
Marrero,
nombrado titular de Turismo en 2004 por el entonces mandatario Fidel
Castro, era el miembro más veterano del Consejo de Ministros y no
figuraba en las quinielas que desde hace semanas especulaban con el
nombre de la persona que ocuparía el cargo.
La
candidatura -única- de Manuel Marrero la presentó ante la Asamblea
Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral) el presidente del
país, quien también propuso a varios viceprimeros ministros y cambió a
los titulares de seis de las carteras del Gobierno.
El
nuevo primer ministro se estrena en un momento de máxima tensión con
Washington a la vez que Cuba trata de acelerar sus reformas económicas,
entre las que se encuentra la unificación de su complicado sistema de
doble moneda, que parece inminente.
El
cargo de primer ministro no existía en Cuba desde 1976 y fue
restablecido en la nueva Constitución promulgada en abril de este año. A
diferencia del de presidente, no tiene una limitación de edad ni de
mandatos.
Entre
sus responsabilidades estará la representación del Gobierno de la
República así como atender y controlar el desempeño de los organismos de
la administración central del Estado, de las entidades nacionales y las
administraciones locales.
De
quien será su colaborador más cercano en el Gobierno, Díaz-Canel
destacó este sábado su "honestidad, capacidad de trabajo y fidelidad al
Partido (Comunista, único legal) y a la Revolución", así como su "rica
experiencia en negociación con contrapartes extranjeras".
También
su gestión acertada frente a la cartera de Turismo, considerado el
motor de la economía cubana y la segunda fuente de ingresos para la
isla, solo detrás de la exportación de servicios profesionales.
El
turismo es precisamente una de las áreas más golpeadas por las últimas
sanciones de Estados Unidos, que en el último año ha prohibido los
cruceros, los vuelos a aeropuertos cubanos excepto al de La Habana y
restringido de nuevo los viajes de estadounidenses a la isla.
Junto
a Marrero, fueron designados seis viceprimeros ministros, algunos de
los cuales sonaban entre los favoritos para ser primer ministro, como
Roberto Morales e Inés María Chapman, cuya visibilidad en la prensa
estatal ha sido creciente en el último año y medio.
Ambos
ocuparán el cargo de viceprimer ministro junto al comandante histórico
de la Revolución Ramiro Valdés (86 años) y los también hasta ahora
vicepresidentes del Consejo de Ministros Ricardo Cabrisas y Jorge Luis
Tapia, a quienes se suma el ministro de Economía, Alejandro Gil.
Díaz-Canel
anunció también su nuevo gabinete ministerial, en el que cambió a seis
titulares de departamentos estrechamente vinculados con la exhausta
economía del país.
Como
nueva ministra de Trabajo y Seguridad Social fue designada Marta Elena
Feito; al frente de Industria Alimentaria estará Jorge Santiago Sobrino;
el Ministerio de Industrias lo dirigirá Eloy Álvarez, y el de Energía y
Minas, Nicolás Arrente.
La
nueva responsable -con rango de ministra- del Banco Central de Cuba
(BCC) será Martha Sabina en sustitución de Irma Margarita Martínez,
quien dirigía la entidad desde 2017.
Después
de que el Parlamento aprobara por unanimidad todas las propuestas de
nombramiento, el presidente cubano cerró la sesión con un discurso en el
que el protagonismo lo coparon las tensiones con EE.UU. y las llamadas a
la unidad popular para "enfrentar" la batalla económica.
"Que
sepan que no vamos a rendirnos", espetó el gobernante, quien deploró
que el país vecino "para justificar su actuación ha acudido a la burda
explicación de que somos una amenaza para la región".
Frente
a los diputados, Díaz-Canel sostuvo que "ninguno de los planes de los
adversarios resultó", aunque reconoció que las últimas sanciones del
país vecino y su estrategia de impedir la llegada de combustible a la
isla causaron serios problemas a lo largo del año.
En
este contexto, avanzó que Cuba cerrará 2019 con un crecimiento del 0,5 %
frente al 1,5 % previsto, si bien apostilló que la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (Cepal) ha estimado una desaceleración
generalizada y "Cuba está en esos índices".
También
reiteró que Cuba mantendrá su "amistad y cooperación" con Venezuela y
el Gobierno de Nicolás Maduro, una estrecha alianza en la que EE.UU. ha
basado en el último año el endurecimiento de su política hacia La Habana
y del embargo financiero que mantiene sobre la isla desde hace seis
décadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario