GINEBRA.- Se celebraba una reunión sobre desarme en la sede de la ONU en Ginebra el
mes pasado cuando de repente sonaron alarmas y se apagaron pantallas y
micrófonos en la sala, lo que obligó a los embajadores a dar sus
discursos en el pasillo, con miedo a quedarse además a oscuras.
“Estaba realmente preocupado por las luces”, comentó el presidente
pakistaní, el embajador Khalil Hashmi, quien finalmente logró un acuerdo
limitado después de reunir a las partes en un rincón.
Los cortes
de energía, aplicados al menos dos veces en los tres meses desde su
implementación, son medidas de emergencia para reducir costes en centros
de la ONU como Ginebra y Nueva York. Son respuesta a una situación
descrita por el secretario general Antonio Guterres como “extremadamente
alarmante”.
Naciones Unidas tiene un agujero de 768 millones de
dólares en su presupuesto general de 2.850 millones de dólares para 2019
porque 51 países no han pagado todas sus cuotas, incluidos Estados
Unidos y Brasil.
Ambos gigantes dicen que tienen la intención de
pagar la mayor parte de lo que deben. Pero, aun si cumplen, les quedan
pagos pendientes de años pasados que se extienden a los presupuestos
futuros.
“Los déficits de efectivo ocurren a principios de año, persisten por más tiempo y son más profundos”, dijo Guterres.
Diplomáticos
y analistas afirman que la crisis de liquidez deja en evidencia el
débil compromiso de algunos estados con la diplomacia multilateral, como
demuestra la suspensión de la corte de apelaciones de la Organización
Mundial del Comercio y el acuerdo limitado tras la cumbre climática de
la semana pasada.
Francia y Alemania han lanzado una “Alianza para el multilateralismo” para apoyar a la ONU y otras instituciones.
Richard
Gowan, experto en ONU del International Crisis Group, dijo que la
escasez de efectivo es un síntoma de una “crisis de confianza política”
más amplia en la institución. “La mayoría de los miembros de la ONU
simplemente no están tan preocupados por los problemas financieros que
enfrenta la organización”.
El embajador Hashmi instó a los
estados miembros a pagar sus cuotas, diciendo que importantes acuerdos
de la ONU no deberían ser “rehenes” por restricciones financieras.
Algunos
críticos dicen que Naciones Unidas podrían gastar menos en beneficios y
salarios inflados, a menudo libres de impuestos, para altos cargos.
“Hay
un gran desperdicio en la ONU”, dijo Marc Limon, exdiplomático y
director ejecutivo de Universal Rights Group. “En lugar de centrarse en
el mandato de la ONU (...), la ONU gasta mucho dinero en salarios altos
en muchos casos”.
Altos cargos de la organización han dicho que
no están dispuestos en esta etapa a reducir los salarios permanentes del
personal y se están centrando en reducir los costes en otras áreas.
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