BRASILIA.- Las
recientes acciones de los formuladores de políticas en Brasil y
Argentina ponen en duda la idea del presidente de EE.UU., Donald Trump,
de que los países puede estar debilitando deliberadamente sus monedas.
Esta
semana, Trump dijo que restablecerá los aranceles a las exportaciones
de acero y aluminio de Brasil y Argentina, ya que “han estado dirigiendo
una devaluación masiva de sus monedas, lo que no es bueno para nuestros
agricultores”.
Si
bien es cierto que el real brasileño y el peso argentino se han
debilitado frente al dólar este año, los funcionarios en Brasilia y
Buenos Aires parecen preocupados, no contentos.
“Trump
debería agradecer a Brasil y Argentina”, asegura Andre Perfeito,
economista jefe de Necton, una correduría con sede en Sao Paulo. “Sus
gobiernos han adoptado medidas que buscan frenar la depreciación de sus
monedas”.
Estas son algunas de las razones por las cuales Brasil y Argentina no son culpables de tratar de manipular sus monedas:
Intervención de la moneda de Brasil
El
banco central de Brasil ha intervenido en el mercado de divisas
vendiendo dólares, lo que tiende a desacelerar la depreciación y hacer
que el real sea más fuerte de lo que hubiera sido de otra manera. El
presidente del banco, Roberto Campos Neto, ha dicho repetidamente que la
moneda está flotando y que no hay un objetivo específico. Aún así, las
acciones de la autoridad monetaria pueden haber sido un factor para
evitar que la moneda se debilitara más allá de los 4,30 reales por dólar
en las últimas semanas.
Tasa clave de Brasil
El
banco central de Brasil redujo su tasa de política a un mínimo
histórico este año. Esto tiende a debilitar la moneda al erosionar el
atractivo del carry trade, en el cual los inversores piden prestado en
dólares y compran activos en monedas que ofrecen mayores rendimientos.
Pero los recortes de tasas son exactamente lo que se esperaría de un
banco central ante un crecimiento débil y aumentos de precios al
consumidor por debajo del objetivo. No hay razón para pensar que el
banco central de Brasil estaba haciendo otra cosa que cumplir con su
mandato de metas de inflación de manera normal.
Cuenta corriente de Brasil
El
déficit de cuenta corriente de Brasil, la medida más amplia del
comercio de bienes y servicios, se disparó este año al más alto desde
finales de 2015. Las exportaciones han caído, por lo que la idea de que
un real más débil está permitiendo que Brasil inunde a Estados Unidos
con productos baratos es difícil de sostener.
Controles de capital argentinos
Los
formuladores de políticas en Argentina han actuado aún más
vigorosamente para defender el peso, que se ha derrumbado mientras el
presidente Mauricio Macri, un favorito de los inversores, se prepara
para dejar el cargo.
A principios de septiembre, Macri impuso controles
de capital que incluían restricciones en el acceso de algunas empresas a
los mercados de divisas y también su capacidad para realizar
transferencias al exterior.
En octubre, su administración impuso
restricciones a las compras de dólares por parte de los ahorradores.
Todas estas medidas representan esfuerzos para apoyar la moneda, no
debilitarla.
Fuerza global del dólar
La
mayoría de las monedas de los mercados emergentes en todo el mundo han
caído frente al dólar este año, con el peso chileno y la lira turca
uniéndose al real y el peso entre los principales perdedores. La
fortaleza del dólar se ha revitalizado en las últimas semanas a medida
que la disputa comercial entre Estados Unidos y China reduce el apetito
de los inversores por activos más riesgosos.
“El debilitamiento de estas
monedas es, en gran parte, culpa de Trump, debido a la guerra
comercial”, asegura Perfeito de Necton. “Y este ataque podría
debilitarlas aún más”, dijo en referencia a la decisión de Trump sobre
los aranceles al acero y al aluminio.
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