HONG-KONG.- Un herido de bala en estado crítico, decenas de detenidos, gas
lacrimógeno y barricadas en llamas son el balance del llamado "día de
luto" en Hong Kong, en contraposición a la suntuosa celebración en Pekín
del septuagésimo aniversario de la fundación de la República Popular
China.
Al menos 15 personas resultaron heridas, una de ellas de gravedad, en
los enfrentamientos entre manifestantes violentos y agentes
antidisturbios en Hong Kong, informó este martes la Autoridad Hospitalaria de la región administrativa especial.
En torno a las 16:15 hora local (08:15 GMT), un estudiante de
secundaria identificado como Tsang Chi-kin, de 18 años, recibió un
disparo en la parte superior izquierda del pecho durante un
enfrentamiento entre manifestantes radicales y agentes antidisturbios.
Fuentes médicas aseguraron que el joven tiene la bala alojada en el
pecho, a tres centímetros del corazón. El herido estaba siendo
intervenido quirúrgicamente en el Hospital Queen Elizabeth a las 20:37
hora local (12:37 hora GMT).
El diario local South China Morning Post indicó que la
familia del herido de gravedad llegó al centro hospitalario junto a
abogados que han ofrecido asesoría legal tanto a él como a sus
familiares.
Según un amigo del herido citado por el rotativo, el
paciente es estudiante de quinto grado, al que, en el sistema educativo
hongkonés, solo pueden acceder alumnos de al menos 16 años.
En un vídeo que ha circulado por redes sociales se ve cómo un policía
dispara a bocajarro a un manifestante -supuestamente, Tsang- en el
momento en el que el individuo iba a agredir al agente con un palo.
En un segundo vídeo, se puede ver a Tsang tendido en el suelo, con
sangre brotando del pecho y pidiendo el traslado al hospital. “Me duele
el pecho, llevadme al hospital. Necesito ir al hospital”, dice el chico.
En un mensaje difundido en la red social Facebook, la superintendente
de la Policía de Hong Kong Yolanda Yu Hoi-kwan aseguró: “La Policía no
quería que nadie resultara herido, así que estamos muy tristes por esto.
Advertimos a los alborotadores de que dejen de incumplir la ley, porque
la haremos cumplir de manera estricta”.
Respecto al vídeo del disparo, Hong Kong Human Rights Monitor -una
organización local de vigilancia de los derechos humanos- consideró que
la respuesta del agente “no fue apropiada” y opinó que “la policía
debería rebajar la tensión en vez de elevar el nivel de riesgo”.
Tsang fue uno de los al menos 31 heridos (dos en estado crítico, uno
grave, 17 estables y 11 dados de alta), según las autoridades sanitarias
de Hong Kong, en un día caótico en la excolonia británica.
Todo esto, en un día en el que los manifestantes más radicales
levantaron barricadas y les prendieron fuego, así como a banderas de
China, lanzaron incontables cócteles molotov y vandalizaron estaciones
de metro, oficinas gubernamentales, tiendas y al menos un despacho de
una organización pro-Pekín.
Por su parte, los antidisturbios volvieron a recurrir, en una ocasión
más, a los cada vez más habituales disparos al aire, a las pelotas de
goma, al gas lacrimógeno, al gas pimienta y a los cañones de agua con
tinte, que sirven después para identificar a los manifestantes con más
facilidad.
Tras un fin de semana de enfrentamientos entre radicales y
antidisturbios, la tensión era alta en la ciudad semiautónoma, donde la
policía no había autorizado las manifestaciones convocadas para el 1 de
octubre, Día Nacional de China, alegando riesgos para la seguridad y el
orden público.
Como cada vez que el cuerpo ha objetado la celebración de las
protestas en los últimos meses, la gente ha seguido saliendo a las
calles y se han registrado encontronazos entre algunos individuos
violentos y los policías.
Mientras tanto, la jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, y una
delegación de la región administrativa especial celebraron en Pekín el
70º aniversario de la China comunista, un régimen al que se oponen los
manifestantes hongkoneses.
Las protestas, que se convirtieron en masivas en junio a raíz de una
polémica propuesta de ley de extradición, se han sucedido durante casi
cuatro meses en la región administrativa especial y han mutado hasta
convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos
democráticos que la rigen y una oposición al autoritarismo de Pekín.
No obstante, algunos manifestantes han optado por tácticas más
radicales que la protesta pacífica y los enfrentamientos violentos con
la policía son habituales.
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