LONDRES.- El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que los
ánimos deben calmarse tras una virulenta sesión en el Parlamento, tras
ser acusado de usar un lenguaje que ha generado amenazas y violencia
contra sus rivales políticos.
El Parlamento llegó a un punto álgido el miércoles cuando Johnson y
sus opositores se involucraron en horas de un agrio debate sobre la
salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), con acusaciones de
traición y abuso de poder.
La indignación en torno al Brexit es
tan intensa que el esposo de una diputada asesinada días antes del
referéndum sobre el Brexit en 2016 dijo que el proceso podría alentar la
violencia a menos de que los políticos suavicen el tono de sus
palabras.
“Necesitamos unir a la gente”, dijo a la BBC Johnson, que se negó a disculparse por su lenguaje. “Los ánimos deben calmarse”.
La
ferocidad del debate ha impresionado a los aliados de un país que se ha
enorgullecido de ser un pilar de la estabilidad económica y política de
Occidente.
Sin embargo, tres años después de que los británicos
votaran para abandonar la UE, se mantiene la incertidumbre sobre el
desenlace y partidarios y detractores del proceso tienen posiciones cada
vez más enconadas.
Johnson regresó a la Cámara de los Comunes el miércoles después de
que la Corte Suprema dictaminara que su decisión de suspender el
Parlamento a principios de este mes fue ilegal.
El político
conservador desafió a sus rivales a derribar a su Gobierno o dejar libre
el paso para que se produzca el Brexit, algo que prometió sellar antes
del 31 de octubre con o sin acuerdo con la Unión Europea.
Johnson
provocó la irritación de sus rivales al calificar repetidamente como un
“proyecto de ley de rendición” una iniciativa que lo obliga a pedirle a
la UE una demora del Brexit de tres meses el próximo mes a menos de que
pueda llegar a un acuerdo.
“El lenguaje del primer ministro está
alentando a las personas a comportarse de una manera vergonzosa y
violenta hacia otras figuras públicas”, dijo Jeremy Corbyn, el líder del
opositor Partido Laborista. “Lo he presenciado en las calles de este
país”.
Pero Johnson defendió la frase “proyecto de ley de rendición”,
argumentando que el proyecto daña el margen negociador de Reino Unido
con la UE.
“Creo que es justo llamar al acto de rendición por lo
que es”, dijo a la BBC el primer ministro, que si bien destacó que había
que abordar la creciente amenaza que existe sobre los parlamentarios
declinó disculparse por sus palabras y cuestionó las sugerencias de que
su lenguaje esté caldeando los ánimos.
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