WASHINGTON.- El presidente de EEUU, Donald
Trump, se ha quedado con muchos frentes abiertos tras el despido de
James Comey como director del FBI, entre ellos cómo debe seguir la
investigación de la supuesta injerencia rusa en las elecciones y una
posible reorganización de su círculo de asesores en la Casa Blanca.
El despido fulminante de Comey, anunciado el martes,
ha provocado una crisis sin precedentes en el Gobierno de Trump, sobre
todo por las contradicciones de la Casa Blanca al explicar la decisión
del mandatario y las supuestas grabaciones de conversaciones privadas
entre el magnate y el entonces jefe del FBI.
Comey investigaba al frente del FBI la presunta
intromisión rusa en las elecciones de noviembre pasado en EEUU, así como
los posibles lazos de la campaña de Trump con el Kremlin.
Ante la ausencia de voces de la Casa Blanca en los
principales programas de debate político de los domingos, los demócratas
tomaron la iniciativa y reiteraron la urgencia de que se nombre a un
fiscal especial independiente para investigar los posibles vínculos
entre la campaña de Trump y Rusia.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck
Schumer, sugirió en una entrevista con CNN que es partidario de apoyar
un bloqueo a la nominación de un nuevo director para el FBI hasta que se
designe a ese fiscal independiente.
"Creo que hay muchos demócratas que se sienten de esa
manera", dijo Schumer al agregar que prevé hablar de esa medida de
presión con el resto de senadores de su bancada.
Trump comentó este sábado que quiere nominar "rápido"
a un nuevo director para el FBI, un cargo que requiere confirmación del
Senado, y precisó que es posible que eso ocurra incluso antes del
próximo viernes, cuando él partirá a Arabia Saudí en su primera gira
internacional.
Por su parte, el senador Mark Warner, el demócrata de
mayor rango del comité de Inteligencia del Senado, comentó a la cadena
Fox que las "acciones" de Trump y su equipo "indican que tienen miedo"
de las conclusiones a las que pueda llegar la investigación, al
reafirmar que las pesquisas abiertas en el Congreso van a continuar.
La mayoría de los republicanos, incluido su líder en
el Senado, Mitch McConnell, se han mostrado hasta ahora contrarios al
nombramiento de un fiscal especial independiente.
Según un sondeo de la cadena NBC y el diario "The
Wall Street Journal" dado a conocer hoy, un 78 % de los estadounidenses
cree que un fiscal especial o una comisión independiente deberían
dirigir de ahora en adelante la investigación sobre la supuesta
injerencia rusa en las elecciones de 2016.
Esa misma encuesta revela que un 29 % de los
entrevistados apoya la decisión de Trump de despedir a Comey, mientras
que un 38 % la desaprueba.
Y entre aquellos encuestados que afirman
haber leído o escuchado "mucho" sobre el tema, el desacuerdo con la
decisión de Trump sube hasta el 53 %, frente al 33 % que la apoya.
La Casa Blanca ha incurrido en numerosas
contradicciones al explicar por qué, cómo y cuándo tomó su decisión
Trump, quien, por otro lado, ha negado haber exigido "lealtad" a Comey,
algo que fuentes cercanas al exdirector del FBI aseguran que hizo
durante una cena privada entre ambos a finales de enero.
Trump no ha querido confirmar tampoco si
tiene grabaciones de las conversaciones que mantuvo con Comey, al ser
preguntado en una entrevista con la cadena Fox por un tuit que envió el
viernes y en el que dijo que "más le valía" al exdirector del FBI que no
hubiera "cintas" de esas charlas, "antes de que él empiece a filtrar a
la prensa" su versión de los hechos.
Comey ha rechazado una invitación del comité
de Inteligencia del Senado para testificar ante sus miembros la próxima
semana, aunque, según "The New York Times", el exdirector del FBI está
dispuesto a comparecer si la audiencia es pública.
Con críticas que no cesan, entre ellas una
declaración de hoy del exdirector de inteligencia James Clapper a la CNN
acerca del "asalto" de Trump a las instituciones democráticas del país,
el presidente está considerando una reorganización de su equipo de
asesores más cercanos, con despidos incluidos.
Según la web de noticias Axios, que cita a
fuentes anónimas de la Casa Blanca, están en la cuerda floja el jefe de
gabinete de Trump, Reince Priebus; su estratega principal, Steve Bannon,
y su secretario de prensa, Sean Spicer.
Mientras, "The New York Times" asegura, con
base en información facilitada por seis funcionarios de la Casa Blanca,
que Trump está "descontento" con la labor de varios de sus altos
asesores, especialmente de Spicer.
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