SAO PAULO.- La
actividad económica en Brasil se contrajo significativamente en mayo,
pero no al ritmo récord del mes anterior, según una encuesta publicada
el miércoles sobre la actividad de los gerentes de compras, pues el
brote de COVID-19 mantuvo el comercio congelado.
Los
servicios, que representan la mayor parte de la actividad económica en
Brasil, siguieron bajo una fuerte presión, con el empleo cayendo con su
segunda tasa más rápida en los registros y los nuevos pedidos en un
mínimo histórico.
El
índice de gerentes de compra de servicios (PMI) de Brasil de IHS Markit
subió a 27,6 desde 27,4 en abril y el PMI compuesto que incluye la
manufactura subió a 28,1 desde 26,5. Ambos fueron los segundos niveles
más bajos desde que se iniciaron las encuestas en 2007.
Si
bien los índices subieron, aún señalaban fuertes descensos de la
actividad: una lectura por encima de 50,0 marca expansión, mientras que
una bajo esa cota significa contracción.
Paul
Smith, director de economía del proveedor de datos IHS Markit, dijo que
los PMI de abril y mayo son consistentes con la caída del producto
interno bruto de Brasil en al menos un 7% en el segundo trimestre.
El
PIB se redujo un 1,5% en el período de enero-marzo.
"Hay notables riesgos a la baja, con la probabilidad de que la contracción real sea de dos dígitos", dijo Smith.
"Además,
las esperanzas de una rápida recuperación de la pandemia están
empezando a evaporarse ya que muchas empresas informaron de reducciones
en el número de sus empleados", dijo.
"Esto se suma a un panorama cada
vez más sombrío, ya que las empresas siguen siendo pesimistas en general
sobre la actividad durante el próximo año".
Se espera que la economía de Brasil se reduzca en un 6,3% este año, según una encuesta de economistas
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