WASHINGTON.- El Gobierno de Donald Trump está “potenciando” una iniciativa para
retirar cadenas de suministro industrial global de China mientras
considera nuevos aranceles para castigar a Pekín por su manejo del brote
de coronavirus, según funcionarios familiarizados con la estrategia de
Estados Unidos.
El presidente Donald Trump, que ha subido el tono de sus ataques a
China antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, lleva
mucho tiempo intentando traer fábricas desde el extranjero.
La
destrucción económica y las muertes por coronavirus en Estados Unidos
están dando un empuje al Gobierno para trasladar producción desde China y
reducir la dependencia de la cadena de suministro, incluso si son otros
los países que toman el lugar de China, dijeron actuales y ex altos
funcionarios del Gobierno estadounidense.
“Hemos
estado trabajando en (reducir la dependencia de nuestro suministro de
las cadenas en China) los últimos años, pero ahora estamos potenciando
la iniciativa”, dijo Keith Krach, subsecretario de crecimiento
económico, energía y ambiente en el Departamento de Estado.
“Creo
que es esencial entender dónde está el punto crítico y donde existen
cuellos de botella”, dijo Krach, añadiendo que el asunto era clave para
la seguridad de Estados Unidos y que el Gobierno podría anunciar nuevas
medidas pronto.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos, el
de Estado y otras agencias están buscando maneras de presionar a las
compañías para que muevan tanto a sus proveedores como su fabricación
fuera de China.
Incentivos
fiscales y posibles subvenciones a la reubicación son medidas que se
están considerando para estimular los cambios, dijeron
funcionarios actuales y antiguos.
“Hay una presión de todo el Gobierno para esto”, dijo uno.
Las agencias están investigando qué fabricación debe ser considerada “esencial” y cómo producir estos bienes fuera de China.
La
política de Trump sobre China ha sido definida entre bastidores por las
luchas entre los asesores procomercio y los que desconfían de China;
ahora, estos últimos dicen que ha llegado su hora.
“Este momento es una tormenta perfecta; la pandemia ha cristalizado
todas las preocupaciones que la gente ha tenido acerca de hacer negocios
con China”, dijo otro alto funcionario de Estados Unidos.
“Todo
el dinero que la gente cree que ha ganado haciendo tratos con China
antes, ahora ha sido eclipsado por mucho por el daño económico” del
coronavirus, dijo el funcionario.
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