PARÍS.- Los principales países
productores de petróleo, encabezados por la OPEP y Rusia, intentaban
este jueves por la noche ultimar un acuerdo sobre un recorte masivo de
la producción para respaldar los precios que se desplomaron con la
pandemia de COVID-19.
"Están cerca de un acuerdo, pronto sabremos
qué es", dijo el presidente estadounidense Donald Trump hacia las 22:30
GMT tras hablar con su homólogo ruso, Vladimir Putin, y el rey Salmán
de Arabia Saudita.
Moscú y Riad son los jefes de fila del grupo de países que
han estado negociando por videoconferencia desde última hora de la
tarde.
Estados Unidos, principal productor mundial, no es miembro
de la OPEP, pero quiere una reducción en la oferta de precios, con el
fin de dar oxígeno a su industria petrolera de esquisto.
"Hay un acuerdo al 80%", aseguró el ministro iraní de Petróleo, Bijan Namdar Zanganeh, a la televisión nacional iraní.
La
cadena de televisión privada argelina Ennahar TV ha anunciado
"decisiones históricas" del cártel. Menciona una reducción colectiva de
la producción de 10 millones de barriles diarios (mbd) en mayo y junio.
Este
volumen, corroborado por la agencia de noticias rusa Tass, corresponde
al anunciado por Donald Trump siete días antes y a una proporción
mencionada anteriormente por el ministro de Petróleo kuwaití Jaled
al-Fadhel.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP) no ha informado formalmente de este acuerdo ni ha especificado
cómo se haría el reparto del esfuerzo entre todos los países.
Al
comienzo de la reunión, poco después de las 14:30 GMT, la OPEP hizo una
evaluación alarmante del mercado del oro negro, y calificó de
"horrible" el estado de la oferta y la demanda.
"Nuestra industria
sufre una hemorragia y nadie ha sido capaz de detenerla", dijo el
secretario general del cártel, Mohamed Barkindo.
El ministro de
Energía argelino, Mohamed Arkab, habló de una "caída libre insostenible"
del mercado, según la agencia nacional APS.
La Agencia Internacional
de la Energía lo había tachado de "shock sin precedentes", con una
desaceleración de la economía mundial que conducirá a un superávit de
crudo que podría alcanzar los 25 mbd en abril, según Rystad Energy.
En
los mercados, los precios europeos del Brent europeo y del WTI
estadounidense acusaron el golpe y cerraron marzo como el peor trimestre
de su historia, con mínimos nunca vistos desde 2002.
Se necesita una reducción drástica de la producción, la
principal arma de los miembros del cártel y sus aliados, para hacer
frente a la caída de la demanda, en un mercado que ya estaba en
superávit antes del inicio de la pandemia.
Rusia, segundo
productor mundial, parece dispuesta a cooperar esta vez, al contrario de
en la anterior cumbre, que se saldó con un fracaso y una guerra de
precios entre los principales productores.
Ante
la gravedad de la situación, Riad y Moscú ampliaron el círculo de
participantes en la reunión, invitando a muchos productores externos a
la alianza, la conocida Opep+. En su discurso introductorio, el ministro
ruso de Energía, Alexander Novak, aplaudió el jueves la presencia de
nueve países adicionales, como Canadá y Noruega.
También se invitó
a Estados Unidos, pero pese a la implicación de Donald Trump a favor de
un acuerdo entre productores, su país no puede participar directamente
en estas discusiones, porque se lo impide su reglamentación
antimonopolio.
"Noruega, Brasil, Canadá y Estados Unidos han
afirmando que están dispuestos a reducir su producción diaria de
petróleo", afirmó sin embargo Zanganeh el jueves por la noche.
Mientras
que las empresas estadounidenses han estado bombeando hasta ahora a
niveles récord de 13 mbd, se espera que la producción alcance un máximo
de 11,8 mbd debido al impacto de la pandemia en la economía, según la
Agencia de Información Energética estadounidense.
Ante la
urgencia, el viernes serán los ministros de Energía del G20 quienes
abordarán el estado del mercado en una reunión extraordinaria.
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