PARÍS.- En plena pandemia del
coronavirus las finanzas "responsables", hasta ahora muy presentes en
causas medioambientales, viran hacia lo social en ayuda de las víctimas
de la crisis sanitaria que asola el planeta.
Prueba de ello son
los miles de millones de deuda calificada de "social" captada estos
últimos días en los mercados para luchar contra el coronavirus.
El Banco Nórdico de Inversiones (BNI) abrió la vía la
semana pasada con un empréstito de 1.000 millones de euros (USD 1.090
millones).
Siguieron luego esta senda el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Consejo de Europa con 1.000 millones de euros cada uno.
El viernes, hizo lo propio, con 3.000 millones de euros, el Banco africano de Desarrollo.
A su vez, el miércoles Indonesia suscribió un crédito de 4.300 millones de dólares usando la vía de los "pandemics bonds".
"Observamos
un cambio significativo con una creciente tendencia hacia lo social",
explica Agnès Gourc, co-responsable Finanzas e inversión en BNP
Paribas CIB.
"Hay muchas" operaciones de este tipo y "las medidas
de protección social se van a convertir en asunto esencial", coincide
Sean Kidney, jefe de Climate Bonds Initiative, organismo internacional
de referencia en materia de deuda responsable.
En los criterios
llamados MSG (Medioambientales, Sociales y de Gobernanza), que sirven de
matriz a la finanza responsable, la parte "verde" -clima, ecología-
dominaba hasta ahora.
En 2019, en materia de deuda, el "verde"
puro era claramente mayoritario y representaba 216.700 millones de
dólares contra 13.950 millones para lo social, según ilustra Gourc.
Aunque
ahora lo social se refuerza, no por ello el clima deja de ocupar un
espacio importante y sigue interesando a los inversores en la finanza
responsable.
Frédéric Gabizon, responsable del mercado de
obligaciones en HSBC France da el ejemplo de la compañía pública de
trenes francesa SNCF que captó el martes 1.250 millones de deuda verde.
"Nadie
pierde de vista que la crisis actual no cambia para nada la emergencia
climática", según Gourc, que cita en la semana pasada la conclusión de
seis empréstitos verdes "clásicos".
"Varios estudios muestran
que las estrategias basadas en la sostenibilidad dan buenos resultados,
y que sus activos superan la prueba" de la rentabilidad, analiza
Isabelle Mateos y Lago, directora adjunta de instituciones soberanas en
BlackRock.
Según ella, "la crisis genera tal dislocación en los
mercados que muchos inversores se dicen que es el momento ideal para
modificar totalmente sus carteras" de inversiones y "añadir más MSG".
La inédita magnitud de la crisis actual no facilita sin
embargo las cosas y aún es pronto para sacar conclusiones definitivas,
admiten los expertos.
"El contexto actual acapara toda la atención
sobre los riesgos sanitarios vinculados con la pandemia y sus
consecuencias", observa Bernard de Longevialle, Responsable mundial de
Finanza Sostenible en S&P Global Ratings.
"El impacto
económico y financiero al que nos enfrenta esta pandemia podría conducir
a postergar algunos de los objetivos medioambientales en favor de
prioridades más inmediatas", alega.
"Sin embargo, los planes de
reactivación van a ser una oportunidad para invertir en la finanza verde
para preparar el futuro", matiza.
También Kidney es optimista:
"Ya se nos dice que los fondos sostenibles tienen mejores resultados y
atraen capitales. Si eso es así, y mi intuición es que así será, ello va
a galvanizar al sector".
"Si ello hubiera ocurrido hace varios
años" en un mercado más joven, quizás no habría funcionado, opina Gourc,
"pero ahora el motor está en marcha, y el mundo financiero, los
inversores, los reguladores, han avanzado demasiado para dar marcha
atrás".
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