PARÍS.- El laboratorio
farmacéutico alemán CureVac, uno de los mejor situados en el mundo para
desarrollar una vacuna contra el nuevo coronavirus, se salvó por los
pelos y gracias a la intervención del gobierno alemán.
Las
autoridades tuvieron que intervenir en marzo para parar en seco las
pretensiones de compra en plena pandemia dirigidas desde la misma
presidencia de Estados Unidos. Desde entonces, la vigilancia se ha
redoblado.
Pero ahora es toda Europa, debilitada por la epidemia, la
que está tratando de establecer parapetos ante las pretensiones de
compra de empresas estratégicas por parte de grupos extranjeros en busca
de buenos negocios.
La Comisión Europa acaba de exhortar a los 27 países de la UE a que se "protejan" ante esta amenaza.
El
pasado martes, el comisario europeo para el Mercado Interior instó, en
particular, al sector del turismo a que "se proteja de las estrategias
de inversiones agresivas de países no europeos que podrían ver en la
crisis actual la oportunidad de comprar joyas europeas a precios de
saldo".
Un mecanismo europeo adoptado en abril de 2019 ya preveía
vigilar mejor este tipo de inversiones por lo que su transposición a la
legislaciones nacionales reviste ahora carácter de urgencia.
Europa
"quiere impedir que empresas de importancia estratégica, dotadas de
tecnología clave o importantes para la economía nacional, y cuya
valoración está actualmente baja, sean compradas", explica
Ulrich Wolff, abogado asociado del bufete Linklaters en Fráncfort.
Alemania
se adelantó y quiere verificar en el futuro si un proyecto de compra
por un actor extranjero en un sector sensible tiene consecuencias en su
territorio, pero también en otros países de la UE, según un proyecto de
ley adoptado a principios de abril.
La primera economía de
Europa también ha introducido una regla de "gun jumping" que, al igual
que un corredor es sancionado por salir antes del pistoletazo, prohíbe a
los compradores y vendedores iniciar cualquier transferencia de activos
"antes de que los ministerios correspondientes hayan dado su luz
verde", dice Wolff.
Francia ha reducido del 33 a 25% el techo a
partir del cual un dosier de adquisición debe ser sometido a la
autorización del Estado. Alemania lo había rebajado al 10% en 2018. Y se
han agregado dos nuevos sectores, la seguridad alimentaria y la prensa,
a los que ya había como estratégicos.
París también quiere proteger a sus empresas de los
actores basados en la Unión Europea en caso de que la adquisición sea
mayoritaria. En este sentido, Berlín no ha ido tan lejos.
España
ha legislado dos veces en marzo para mejorar la vigilancia de
movimientos de capitales procedentes del extranjero e Italia anunció a
principios de abril que quiere extender el mecanismo de "golden power",
en vigor desde 2012. Este mecanismo otorga al ejecutivo poderes de
control en nuevos sectores considerados como estratégicos junto con los
tradicionales como son la defensa o las telecomunicaciones.
Ahora
también están sometidos a dicho mecanismo "las finanzas, los seguros, la
energía, el transporte, el agua, la salud, la seguridad alimentaria, la
inteligencia artificial y la robótica", anunció el jefe del gobierno
italiano Giuseppe Conte.
La UE
tendrá que desconfiar de "países como China, que operan de manera
diferente sobre el plan económico y que no son socios en política de
seguridad", explica Mikko Huotari, director de Merics, un
instituto berlinés especializado en China.
Aunque las inversiones
chinas en la UE han disminuido globalmente en los tres últimos años, "se
mantiene el interés por el acceso estratégico a las tecnologías", dice.
El
conglomerado chino Citic acaba de aumentar su participación del 30 al
57% en Meda, uno de los principales grupos de prensa checos.
China
no es el único país con interés en invertir en Europa. La acción del
grupo Nokia se disparó recientemente por los rumores de que un grupo
saudí iba a lanzar una OPA.
Según el diario Financial Times,
fondos soberanos del Golfo, entre ellos el Fondo de Inversión público de
Arabia Saudí y el Mubadala de Abu Dabi, están a la caza de gangas en
los sectores de la salud, las tecnologías y la logística.
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