MOSCÚ.- Ni el coronavirus ni la fuerte ventisca que se levantó este miércoles en la plaza Roja… Nada pudo evitar que
los comunistas rusos celebraran el 150 aniversario del nacimiento del
fundador de la Unión Soviética, Vladímir Ílich Uliánov, Lenin, con una ofrenda floral en el mausoleo frente al Kremlin.
“¡Aprended de Lenin! Si antes algunos prometieron la felicidad sobre
la tierra, él decidió construir el paraíso sobre la tierra basado en la
justicia y el trabajo”, proclamó el líder comunista, Guennadi Ziugánov,
en una rueda de prensa frente al edificio de mármol rojo que acoge desde
1924 la momia del líder de la revolución bolchevique.
Ziugánov, que compareció sin mascarilla, aunque protegido del frío
con una bufanda roja, desglosó todos los logros de “uno de los mayores
genios de la historia”, según sus palabras, lo que incluye la exitosa lucha contra las epidemias que asolaron hace un siglo la URSS y el resto del mundo.
“Yo aconsejaría a los actuales dirigentes rusos que estudien la
experiencia de modernización de Lenin. No hay nada más genial (…),
cambió el mundo, el curso de la historia y nuestro modo de vida. Nuestro
servicio sanitario era único. No tuvimos ninguna epidemia en el
ejército en medio de una guerra (…). Aprendan de Lenin a tomar
decisiones rápidas y enérgicas”, señaló.
Visita a la momia de Lenin
Mientras los rusos están en cuarentena desde hace un mes y las
autoridades prohibieron expresamente los actos públicos, medio centenar
de políticos comunistas se acercaron a la plaza Roja para depositar un gigantesco ramo de flores frente al mausoleo.
Ataviados con mascarillas y guantes, aunque con dificultades para
mantener la distancia social, pese a la conocida disciplina comunista,
los presentes se toparon con una inesperada inclemencia, la nieve,
impropia de finales de abril y que pareció recordar otra onomástica
invernal: el 21 de enero, fecha del fallecimiento de Lenin.
“Lenin sigue viviendo en las protestas sindicalistas en Francia, entre los que luchan por la verdad y la justicia en América Latina y la India, y en los logros de la grandiosa China“, insistió Ziugánov.
Tras marchar por el empedrado de la plaza con un gran estandarte
comunista al frente de la columna, los dirigentes comunistas hicieron
una genuflexión frente al mausoleo y entraron en su interior sin la
presencia de las cámaras para rendir tributo a Lenin.
El Servicio Federal de Protección del Kremlin, que había cerrado el
18 de marzo las puertas del mausoleo para retocar el cuerpo embalsamado
de Lenin, hizo una excepción con los comunistas y reabrió hoy el
edificio, aunque acordonó toda la plaza, abierta pero desierta desde
hace varias semanas.
El acto congregó en la plaza a varias decenas de periodistas, entre
los que figuraban algunos reporteros indignados con el hecho de que los
comunistas hubieran recibido autorización para un acto que podría ser
germen del contagio de varios de sus participantes.
El Kremlin ignora la onomástica
Como ocurriera en 2017 con el centenario de la revolución bolchevique (1917), el
Kremlin ignoró la onomástica de Lenin, figura que ha sido objeto en los
últimos años de las críticas del presidente ruso, Vladímir Putin.
En su momento, le acusó de provocar con sus políticas “el colapso de la Unión Soviética“,
en particular por conceder el mismo rango jurídico a todas las
repúblicas, desde Rusia a Ucrania, decisión que tachó de “bomba de
relojería”.
“Las fronteras se decidían de manera totalmente arbitraria y no
siempre justificada. A Ucrania, por ejemplo, le dieron el Donbás”,
escenario desde 2014 de una guerra entre Kiev y los separatistas
prorrusos, dijo.
Recordó que su entonces mano derecha, Iósif Stalin, le propuso
conceder a cada república una amplia autonomía, pero sin el derecho de
abandonar la Unión, variante que Lenin rechazó, lo que llevó a la postre
a la desintegración de la URSS.
“El legado político y vital de Lenin sigue influyendo en nuestras
vidas. La historia mundial se divide en un antes y después de la
revolución bolchevique. Lenin sigue siendo el símbolo de la justicia
social, algo tan necesario hoy en día”, replicó Dennís Parfiónov,
diputado comunista.
Los analistas creen que Putin ignoró ambos centenarios para no dar
pie a los partidarios, en especial los más jóvenes, de seguir la senda
revolucionaria implantada por Lenin para cambiar el anquilosado sistema
político ruso, justo cuando el presidente ha abierto la puerta a la
posibilidad de permanecer en el poder hasta 2036.
Precisamente, este miércoles, debía celebrarse no sólo el nacimiento de Lenin, sino también el plebiscito constitucional convocado por Putin para poder presentarse a la reelección en 2024, algo que prohíbe la actual Carta Magna.
Fue una antigua heroína comunista y actualmente diputada del partido
del Kremlin, Valentina Tereshkova, la primera mujer cosmonauta de la
historia, la que propuso en la Duma la enmienda que permitiría a Putin
seguir en el poder.
Los comunistas se mostraron categóricamente en contra de que la
consulta coincidiera con la onomástica de Lenin, quejas que fueron
ignoradas tanto por el Kremlin como por la Comisión Electoral del país.
“La llamada consulta popular rusa es una completa tontería. Los cambios constitucionales no reflejan las necesidades del momento. A grandes rasgos, sólo benefician a los dirigentes del país”, señaló Parfiónov.
No obstante, cuando el coronavirus comenzó a golpear este país, Putin se vio obligado a cancelar el plebiscito hasta nuevo aviso, al igual que hizo también la pasada semana con el desfile militar del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi.
Lenin, genio o criminal
Con ocasión del 150 cumpleaños, Viacheslav Níkonov, nieto del
histórico ministro de Exteriores soviético, Viacheslav Mólotov, intentó
poner las cosas en su sitio con el libro: Lenin. El hombre que lo cambió todo.
“Quiso cambiar la vida de la humanidad. En parte, lo logró. Creó el
primer Estado del mundo que se definía como socialista. Lenin fundó el
movimiento comunista global, la fuerza política más importante del siglo
XX”, señala.
Reconoce que fue tanto idolatrado como odiado por “centenares de millones de personas”. Un genio o un criminal, apunta, que causó a Rusia “grandes sufrimientos” y fue un “predicador del terror”.
Con todo, recuerda que en cada ciudad rusa, sea pequeña o grande, hay
una avenida, parque o plaza con su nombre y sigue siendo “una fuente de
inspiración” para innumerables personas en el mundo.
“Lenin es el autor más publicado en la historia de la humanidad,
en lo que compite únicamente con los apóstoles del Evangelio y el
profeta Mahoma”, escribe Níkonov, para quien el fundador de la URSS,
pese a sus claroscuros, tiene un lugar de honor en el siglo XX.
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