LONDRES.- La renta variable de todo el mundo ha recuperado alrededor de la mitad
de las pérdidas registradas este año debido al coronavirus, ya que los
inversores han pasado las hojas del calendario para apostar por una
fuerte recuperación en 2021, ignorando los pésimos datos económicos, la
caída de los precios del petróleo y los desastrosos resultados de las
empresas.
Los billones de dólares en estímulos aplicados por Gobiernos y bancos
centrales y las medidas para comenzar a reabrir la actividad están
contribuyendo a la recuperación en bolsa. Con el petróleo penalizado y
cerca de los mínimos de varias décadas, es posible que sea el
combustible barato lo que impulse la próxima recuperación.
La señal más esperanzadora es la disminución de la volatilidad.
El
barómetro del miedo en Wall Street, el índice de volatilidad Cboe así
como la volatilidad del Euro STOXX han bajado constantemente durante el
último mes a un nivel cercano a 30, donde se encontraba al comienzo del
desplome a principios de marzo, antes de tocar los 85,5 puntos.
Es
significativo para algunos observadores del VIX: durante la crisis de
2008 el VIX nunca se mantuvo cerca de 30 hasta que comenzó el mercado
alcista en marzo de 2009.
El rebote ha llevado al índice mundial
de acciones MSCI a solo un 16% de los máximos registrados el 19 de
febrero, recorriendo de esta forma más de la mitad del terreno perdido.
“Lo
que vemos es que el mercado está anticipando una recuperación. Ya está
mirando al 2021. Si nos fijamos en los sectores, los llamados ‘favoritos
del mercado’ en la tecnología, farmacia, bienes de lujo, todos han
descontado una recuperación en forma de V”, dice Roland Kaloyan, jefe de
estrategia de valores europeos en SocGen.
En particular, las
valoraciones de las acciones de Estados Unidos y Europa, basadas en un
PER (relación entre la cotización y el beneficio anual) a 12 meses,
están solo algo alejadas de los niveles anteriores al virus, ya que los
nefastos resultados esperados en 2020 claramente no figuran en los
cálculos de los inversores.
El índice tecnológico Nasdaq 100
está a solo un 9% de los niveles del 19 de febrero y es el único índice
importante que se sitúa en territorio positivo este año.
En
cuanto a los datos económicos, las acciones han mostrado una notable
resistencia frente a los datos semanales de empleos en Estados Unidos,
que, en el curso de solo semanas, registraron la pérdida de todos los
empleos creados en la última década. El S&P 500 ha subido cinco
jueves seguidos, casi sin pestañear ante las vertiginosas cifras de
desempleo de Estados Unidos.
“El mercado siempre se mueve más
rápido que los datos macro. Mucho de esto ya lo sabíamos, sabíamos que
sería malo”, dice Valentijn van Nieuwenhuijzen, quien supervisa la
gestión de 276.000 millones de euros en la gestora de activos holandesa
NN Investment Partners.
En conjunto, el mercado se está moviendo
hacia un retorno a algo parecido a la normalidad a finales de 2020, dice
Van Nieuwenhuijzen.
En Italia, Francia, Alemania y España se
están comenzando a relajar los confinamientos, al disminuir las tasas de
infección de la COVID-19. Varios estados de Estados Unidos también
están considerando reanudar la actividad.
“No creo que sea
probable que hayamos arreglado todo para finales de 2020. El riesgo es
que haya algún tipo de prueba de fuego en el verano”, dice Van
Nieuwenhuijzen.
La calma del VIX por sí sola no debe considerarse
como una señal de riesgo, ya que los mercados de divisas todavía
señalan vulnerabilidades. Un índice del Deutsche Bank que mide la
volatilidad de las divisas se ha apartado de los niveles máximos tocados
recientemente pero está a una distancia considerable respecto a los
mínimos tocados a principios de 2020, cuando estaba por debajo del 5%.
Sin
embargo, los billones de dólares de estímulo de los bancos centrales
han sido la guinda del pastel en este repunte, al igual que en la última
década, cuando los inversores se han subido a una ola de dinero barato
que ha inflado los precios de los activos.
El principal analista
macroeconómico de Pictet Asset Management, Steve Donze, ha calculado que
una inyección de liquidez de un billón de dólares por parte del banco
central se correlaciona con una ganancia de 20 puntos en el índice MSCI
World.
Ahora, con los bancos centrales habiendo arrojado sumas
récord para calmar los mercados y apoyar la economía durante la
pandemia, los mercados están una vez más en espera de una reacción
positiva.
Tras
la inyección de billones de dólares, la nueva liquidez debería tener un
efecto multiplicador positivo en las acciones tan pronto como los
temores de un ‘shock’ sistémico se desvanezcan, según dijo el banco
francés Natixis.
“Creer que la economía no se ha visto afectada
de forma duradera por la crisis podría ser un error”, advirtió Philippe
Waechter, economista jefe de Ostrum Asset Management.
Sin
embargo, advierte Waechter, los inversores en busca de rendimientos
tienen pocas alternativas a las acciones, dada especialmente la
intervención masiva de los bancos centrales en los mercados de bonos,
que contienen las rentabilidades en la renta fija.
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