WASHINGTON.- La economía
estadounidense sufrió el brutal impacto del coronavirus en el primer
trimestre con una contracción de 4,8% del PIB anualizado, terminando con
una bonanza de más de una década y sugiriendo que lo peor está por
verse cuando se publiquen cifras de los meses de confinamiento.
El
presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió que en el
segundo trimestre en curso - cuando más se aplicaron las medidas para
intentar frenar al coronavirus - la actividad económica puede contraerse
a un nivel "sin precedentes".
La economía de Estados Unidos se contrajo un 4,8% en el
primer trimestre, marcando el decrecimiento más pronunciado desde la
Gran Recesión de la década pasada, según las primeras estimaciones
anualizadas publicadas este miércoles por el Departamento de Comercio
La
medición utilizada en Estados Unidos compara un trimestre con el
precedente y hace una proyección sobre la evolución en el año, si se
mantiene el ritmo actual de crecimiento.
En este trimestre
inicial, el daño por la COVID-19 quedó restringido principalmente a
finales de marzo, pero aún así las cifras muestran un brutal impacto,
una situación que la economía estadounidense no había experimentado
desde el cuarto trimestre de 2008, en plena crisis financiera e
hipotecaria.
El Departamento de Comercio advirtió que la
totalidad de los efectos económicos por la pandemia no puede ser
cuantificada en la estimación del PIB para el primer trimestre.
Esta aguda contracción refleja el parón de la actividad en
las últimas dos semanas de marzo cuando millones de estadounidenses
perdieron sus empleos por las medidas restrictivas para intentar frenar
el nuevo virus.
El
presidente de la Fed advirtió que tanto "la profundidad como la
duración del bache económico son extraordinariamente inciertos y van a
depender en gran medida de cuan rápido se logre controlar el virus".
Estados
Unidos es el país donde más personas han fallecido por la enfermedad
respiratoria, con más de 58.000 muertos por el coronavirus.
En
este contexto la Fed, el emisor estadounidense, decidió luego de una
reunión de dos días martes y miércoles, mantener en un nivel entre cero y
0,25% su tasa directriz.
Powell señaló que "la economía
estadounidense puede necesitar más apoyo" y afirmó que ahora "no es el
momento" de preocuparse del déficit fiscal.
El Departamento de
Comercio explicó que "la caída del PIB en el primer trimestre fue, en
parte, debido a la respuesta para frenar la COVID-19".
En el
comunicado explicó que "esto llevó a cambios bruscos en la demanda, a
medida que empresas y escuelas cambiaron a un modo de funcionamiento
remoto o cancelaron operaciones y los consumidores cancelaron,
restringieron o redirigieron sus gastos".
"La recesión global por
el coronavirus golpeó a la economía estadounidense con una fuerza
tremenda, terminando con 10 años de crecimiento sostenido", dijo en una
nota Oxford Economics.
Estos
datos muestran un agudo golpe con respecto al último trimestre de 2019,
cuando la economía creció un 2,1% y los analistas estaban más
concentrados en los posibles efectos de las políticas comerciales de
Donald Trump.
El asesor económico de la
Casa Blanca Kevin Hassett, había advertido en la cadena CNN que
probablemente estos datos del primer trimestre mostrarían "la punta del
iceberg".
En el primer trimestre, el consumo cayó 7,6%, indicó el
Departamento de Comercio que explicó que diversos sectores fueron
afectados.
La radiografía de este periodo también muestra que la gente viajó menos y las importaciones cayeron.
Los
analistas proyectan un impacto más profundo en el segundo trimestre con
una contracción que podría alcanzar los dos dígitos, mostrando los
efectos de las semanas más duras del confinamiento.
"Estos datos
sólo muestran la borrasca antes del huracán en el segundo trimestre",
señaló Ian Shepherdson de la firma Pantheon Macroeonomics.
El Departamento de Comercio indicó que un segundo informe preliminar con datos más completos va a ser publicado el 28 de mayo.
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