PARÍS.- El nuevo coronavirus
causó en Europa más de 2.000 muertos, y más de 6.000 en todo el mundo,
mientras se multiplica el confinamiento de la población y el cierre de
las fronteras.
Ante los temores generados por la epidemia, los
principales bancos centrales mundiales (Fed, BCE, bancos centrales de
Japón, el Reino Unido, Canadá y Suiza) lanzaron una acción concertada
destinada a aumentar la liquidez de los mercados financieros.
La Reserva federal estadounidense también redujo los tipos
de interés para tranquilizar a los mercados. El secretario general de
la ONU, Antonio Guterres, había instado a los gobiernos de todo el mundo
a trabajar juntos para evitar una recesión.
Italia registró un
número récord de 368 nuevos decesos en 24 horas, con lo que el balance
total de fallecidos en el país, el más castigado en Europa, ascendió a
1.809.
China, donde estalló la epidemia, continúa siendo el país
con más fallecidos (3.199), pero es en Europa donde la epidemia avanza
más rápidamente en la actualidad, con 2.291 decesos, la mayor parte en
Italia y España, donde el número de contagios confirmados se disparó,
con 2.000 casos nuevos en 24 horas.
En China, en cambio,
parece que la propagación del virus se está frenando y este domingo se
detectaron 20 nuevos contagios. En total, 6.420 personas fallecieron
oficialmente a causa de la enfemedad de COVID-19 en el mundo, donde se
registraron 159.844 casos, según un balance establecido a
partir de fuentes oficiales este domingo a las 17:00 GMT.
Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), Europa es el "epicentro" de la
enfermedad. La Unión Europea (UE) instauró límites para las
exportaciones de equipos médicos de protección, salvo "autorización
explícita de los gobiernos de la UE".
España, segundo país más afectado de Europa, confinó a su
población y decretó el estado de alarma por 15 días. Varias ciudades
anularon sus procesiones de Semana Santa.
Ante
la progresión inexorable de la pandemia, se anunciaron cierres,
restricciones a los desplazamientos y cancelaciones de actos públicos,
artísticos y deportivos.
Desde este domingo, los
bares, restaurantes, discotecas, cines, centros escolares están cerrados
en Francia, donde se superaron los 5.000 casos y los 120 muertos el
domingo. El gobierno prevé reducir progresivamente sus transportes de
larga distancia (trenes, autocares, aviones) pero, en cambio, mantuvo
las elecciones municipales de este domingo, cuya participación cayó casi
20 puntos respecto a las anteriores.
Austria (602 casos el sábado) prohibió las concentraciones de más de cinco personas y limitó los desplazamientos.
Holanda y Luxemburgo ordenaron la clausura de centros
comerciales, mientras que en Irlanda se obligó a los pubs a bajar la
persiana.
En Holanda, el gobierno ordenó el cierre de los
colegios, bares, burdeles ... y coffee shops frente a los cuales se
formaron largas filas de clientes que querían abastecerse de marihuana.
"En
caso de que tengamos que quedarnos en casa semanas o meses, no vendría
mal un poco de hierba (marihuana). La cuarentena puede ser larga ...",
declaró Hannah, en La Haya.
En Serbia se ha declarado el estado de emergencia por un período indefinido y se movilizará al ejército.
Numerosos países intentan protegerse cada vez más, también dentro de la UE, socavando el principio de libre circulación.
Alemania y Francia
cerrarán parcialmente su frontera común y solo autorizarán el paso de
los trabajadores transfronterizos y de los vehículos de mercancías.
Alemania
hará lo propio con sus fronteras con Suiza y Austria. Polonia,
República Checa y Dinamarca también cerraron sus fronteras o
introdujeron fuertes restricciones.
Rusia (45 casos, ningún deceso) cerró sus fronteras
terrestres con Noruega y Polonia prohibió la entrada de extranjeros.
Dinamarca y Lituania cerraron sus fronteras, mientras que Letonia,
Estonia y Mónaco adoptaron restricciones drásticas. Noruega, además,
cerrará puertos y aeropuertos.
En Italia, las autoridades de
Lombardía (norte) expresaron su preocupación por la capacidad de sus
hospitales de absorber la llegada de pacientes.
En Roma, "todas
las celebraciones litúrgicas de Semana Santa se llevarán a cabo sin la
presencia física de los fieles", pero el papa mantendrá sus audiencias
generales hasta el 12 de abril.
El sumo pontífice fue a rezar a una basílica y, luego, a una iglesia en
la que se encuentra el crucifijo "milagroso" que en 1522 fue paseado por
las calles de Roma en procesión para poner fin a la Peste negra.
Fuera de Europa también se endurecían las medidas.
En Estados Unidos, los
nuevos controles para los estadounidenses que regresen de Europa
provocaron un caos en los aeropuertos: largas filas de espera de varias
horas, muy densas, pese a las recomendaciones sanitarias de mantener la
distancia entre personas.
Nueva York anunció el cierre de las escuelas públicas.
Israel también cerró restaurantes, centros comerciales,
cafeterías y gimnasios, y el proceso por supuesta corrupción del primer
ministro, Benjamin Netanyahu, fue aplazado.
Los libaneses deberán
permanecer en casa durante dos semanas y el aeropuerto internacional de
Beirut cerrará el miércoles hasta finales de marzo.
Irán, tercer
país del mundo más afectado por la COVID-19, anunció 113 decesos nuevos
(724 muertos en total, 13.938 casos). Las autoridades pidieron a los
habitantes que "anulen sus viajes y se queden en casa" y cerraron el
centro del santuario chiita de Mashhad.
En África, hasta ahora
poco afectada, la pandemia está avanzando. Este fin de semana se
detectaron los primeros casos en Congo, Ruanda, Guinea Ecuatorial,
República Centroafricana y Seychelles.
Kenia anunció el cierre de sus fronteras y Sudáfrica prohibió la entrada de ciudadanos de países de riesgo.
En
América latina, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció que
los habitantes de siete estados, incluida Caracas, permanecerán
confinados en casa a partir del lunes.
Argentina suspende las clases y cierra las fronteras hasta el 31 de marzo.
Guatemala registró su primer muerto por el nuevo coronavirus, un hombre que se contagió en España.
Colombia
prohibió la entrada de extranjeros y Chile cerró todos los puertos a
los barcos de crucero, tras haber puesto en cuarentena a dos de ellos,
con unas 1.300 personas a bordo.
Otro
navío, con 3.700 personas, está en cuarentena en Nueva Zelanda, un país
que también prohibió las escalas a los barcos de crucero, hasta el 30
de junio.
En todo el mundo se anulan actos culturales y el
calendario deportivo mundial continúa reduciéndose. Brasil suspendió
todas las competiciones de fútbol.
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