BOMBAY.- Con India confinada por
el coronavirus y sin forma de ganar dinero, Dilipji Thakor tenía que
elegir entre caminar hasta casa o morirse de hambre. Thakor es uno
de los millones de trabajadores migrantes que quedaron desempleados y
sin dinero por el confinamiento, que ha desencadenado un éxodo de las
grandes ciudades.
Miles de personas caminan largas distancias de vuelta a
sus aldeas de origen después de que las autoridades cerraran el
transporte, excepto los servicios esenciales, para intentar contener la
pandemia que ha infectado a más de 700 personas.
Muchas personas
se apiñaron en trenes y autobuses antes de que el país de 1.300 millones
de habitantes se paralizara durante tres semanas, pero otras muchas se
quedaron en tierra.
Ahora intentan llegar a casa como buenamente
pueden, a menudo a pie, con poco dinero o comida. Por el camino se
encuentran los restaurantes y hostales cerrados.
"En vez de morir
de hambre, decidimos caminar", dice Thakor, que trabajaba en un centro
comercial ahora cerrado en Ahmedabad, en el estado de Gujarat, mientras
camina por una carretera.
Jamu Rathwa carga a su hija a hombros
mientras camina por una carretera desde Surat (oeste), donde hasta hace
poco ganaba unos cuatro dólares al día como obrero de la construcción.
"En nuestra aldea por lo menos tenemos un hogar y apoyo. Aquí (en Surat) no tenemos a nadie", afirma Rathwa.
Birender,
un conductor ahora sin trabajo en la zona de Nueva Delhi, cuenta que su
familia, que se encuentra a 320 kilómetros de distancia, quiere
desesperadamente que vuelva "como sea".
"No he tenido una comida de fundamento en los últimos tres
o cuatro días (...) No sé qué haré aquí sin comida ni dónde vivir",
dijo.
En India hay unos
100 millones de trabajadores migrantes no cualificados o
semicualificados, según una encuesta del gobierno de 2016-17. Es decir,
la quinta parte de la mano de obra del país.
La falta de trabajo,
sobre todo en los estados pobres como Bihar y Uttar Pradesh, les obliga a
ir a las grandes ciudades y a las zonas más ricas del sur.
Viven
en apartamentos pequeños, trabajan jornadas interminables por unos pocos
dólares al día en condiciones a menudo inseguras, sin seguridad social.
El poco dinero que les queda tras cubrir los gastos lo envían a sus familias.
Como
muchos no están censados, se desconoce cuántos han viajado a casa y
cuántos están en camino, pero los medios de comunicación locales
aseguran que son decenas de miles en tránsito.
Kana Ram, un funcionario en un puesto fronterizo entre los
estados de Rajastán y Gujarat, afirma que sólo el jueves pasaron 21.000
personas.
"Las cifras han caído considerablemente hoy, pero todavía recibimos unas 500 personas por hora", afirmó Ram el viernes.
India
anunció el jueves un paquete de asistencia social de 23.000 millones de
dólares para ayudar a los ciudadanos más pobres con transferencias de
efectivo y subsidios alimentarios que se extienden a los trabajadores
migrantes.
El gobierno federal también ha pedido a las autoridades
locales que proporcionen alimentos, saneamiento y alojamiento a quienes
viajen.
SpiceJet incluso ha ofrecido llevar a los trabajadores a
sus casas gratis, a pesar de que las autoridades han suspendido los
vuelos nacionales.
El primer ministro del
estado de Bihar (este), hogar de muchos trabajadores migrantes, afirmó
que su gobierno instalará campamentos de ayuda, donde -insiste- se
aplicará el "distanciamiento social".
Las autoridades de otras
ciudades han organizado autobuses para llevar a casa a algunos de los
que están atrapados en el camino, con controles sanitarios para todos
antes de subir.
A su llegada a casa estos trabajadores se toparán con la
misma extrema pobreza rural y la falta de empleo que les alejaron de
allí.
Abheek Barua, economista jefe de HDFC Bank, estima que si
esta "migración inversa" continúa, ejercerá una fuerte presión sobre la
economía rural y habrá que adaptar "el gasto en salud y otros sectores.
A
mitad de camino de un viaje de 1.200 kilómetros en un 'rickshaw', desde
la ciudad de Vapi, en Gujarat, el vendedor de frutas Tahir Khan Pathan y
su hermano aseguran que "nunca volverán".
"Ganaremos menos dinero
en nuestra ciudad natal, pero trabajaremos allí", afirma Pathan.
"Cuando me canso, mi hermano pedalea. Cuando está exhausto, lo hago yo".
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