sábado, 28 de marzo de 2020

Andrew Cuomo, el gobernador de Nueva York que emerge como líder ante coronavirus

NUEVA YORK.- Su enérgica y pedagógica gestión ante la expansión del coronavirus en el estado de Nueva York y la necesidad del Partido Demócrata de encontrar un líder fuerte que dé esperanzas de recuperar la Casa Blanca ha llevado al gobernador Andrew Cuomo a subir estas semanas en el escalafón como deseado presidenciable.

Cada día y durante una hora, los neoyorquinos y muchos estadounidenses -dicen que también Donald Trump- atienden en directo a las explicaciones del político demócrata sobre la propagación como un "tren bala" de la COVID-19 y, según analistas políticos, les ofrece algo muy necesario estos días a los ciudadanos confinados: la sensación de que alguien está a cargo del problema y que se enfrenta a la situación con todas sus fuerzas y con transparencia.
Nueva York y sus calles vacías afrontan estos días la pandemia casi como otro 11S. Si en aquella catástrofe emergió la figura de su alcalde Rudolph Giuliiani, esta vez el líder es el gobernador del estado, que ha tomado mando en plaza desde el Jacob K. Javits Convention Center de la Undécima Avenida, reconvertido en hospital y base operativa de la crisis.
Como dice el reportero de investigación de ABC News Josh Margolin, "la crisis del coronavirus es el momento para el que Andrew Cuomo se ha estado preparando toda su vida".
Él es el que ha dado las órdenes más enérgicas de confinamiento en todo Estados Unidos -"asumo toda responsabilidad, cúlpenme", indicó- y es el calculado contrapeso a un Donald Trump que parece más preocupado por reactivar la economía que por salvar vidas. Sin duda, las presidenciales del próximo noviembre marcan un "deadline" al que hay que llegar lo mejor parado posible.
Andrew Marc Cuomo, de 62 años, no ha optado a las primarias demócratas, en las que aún pugnan los septuagenarios Joe Biden y Bernie Sanders, pero el político nacido en Queens y licenciado en Derecho por la Universidad de Fordham siempre ha estado presente en las quinielas como presidenciable. Seguro que estará ahí para 2024.
Su estilo gusta a amplios sectores porque no le tiembla el pulso ante la que es la crisis de salud pública más grave en un siglo y sabe llegar a un público estadounidense que aprecia el carisma más personalista.
"Es riguroso en los datos pero al mismo tiempo emplea el lenguaje de la calle. Busca ejemplos prácticos e historias humanas para llegar a todo el mundo (...) Mantiene siempre la actitud de un padre, que te corrige y te protege. Su discurso tiene alma", aseguran consultores.
El gobernador un día aparece en rueda de prensa con su hija Michaela para que le ayude a convencer a los adolescentes neoyorquinos a que renuncien a ir a Florida en su "spring break" y contener así los contagios, y otro día habla en directo ante las cámaras de proteger a los mayores, "como mi madre, Matilda", porque "nuestros ancianos sí importan", aunque a Trump no se lo parezca.
Incluso ha llegado a ilustrar una comparecencia con la foto de su padre, Mario Cuomo, figura clave en la estirpe de esta familia italo-americana y que fue gobernador de Nueva York entre 1983 y 1994 desde un marcado acento social, y que justamente lideró en aquella época la oposición al neoconservador Ronald Reagan.

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