PARÍS.- Las autoridades francesas han autorizado este lunes el uso de cloriquina, un agresivo antipalúdico, para su suministro a los casos más graves de Covid-19,
la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus. El ministro de
Sanidad, Olivier Véran, ha explicado que solo se utilizará bajo estricta
supervisión médica.
La decisión adoptada por el Consejo Superior de Salud Pública de
Francia ha sido cuestionada por un sector de la comunidad científica,
que ha criticado el uso de cloroquina porque no existen estudios clínicos con estrictos protocolos metodológicos y publicados en una revista científica que los someta a una lectura independiente.
Multitud de personas han acudido este lunes a Marsella para someterse al tratamiento con cloroquina después de la publicación por el doctor Didier Raoult de los resultados positivos tras las pruebas con 24 pacientes.
La cloroquina es un antipalúdico barato utilizado desde hace décadas contra la malaria,
una enfermedad transmitida por mosquitos, pero que tiene efectos
secundarios. Existe un derivado, la hidroxicloroquina, que es mejor
tolerada y que se usa para enfermedades articulares de origen
inflamatorio, como la artritis reumatoide.
Los efectos secundarios son numerosos: náuseas, vómitos, erupciones
cutáneas, pero también problemas oftalmológicos, trastornos cardíacos e
incluso neurológicos. Una sobredosis puede ser particularmente peligrosa
y los médicos aconsejan estrictamente no consumirla sin receta médica.
“Estos medicamentos tienen ‘un margen terapéutico estrecho’,
lo que significa que la dosis efectiva y la dosis tóxica son
relativamente cercanas”, advierte la Sociedad Francesa de Farmacia.
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha subrayado este
lunes que “condena el uso de medicamentos sin prueba de su efectividad” y
ha advertido ante “falsas esperanzas”, en una referencia apenas velada
al estudio de Raoult.
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