WASHINGTON.- La
"primera fase" del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China entró
en vigor este viernes con notables recortes de aranceles por ambas
partes, aunque el brote del coronavirus añade dudas acerca de la
capacidad de Pekín de cumplir sus compromisos de incrementar la compra
de productos estadounidenses.
El
pacto alcanzado en enero, calificado por el presidente estadounidense,
Donald Trump, como "revolucionario" supuso el inicio de la tregua entre
ambos países tras más de 18 meses de guerra comercial.
Esta
primera fase, que entró en vigor la pasada madrugada, implicó la
reducción de los aranceles de EE.UU. del 15 % a 7,5 % a importaciones
chinas por valor de 120.000 millones de dólares, aunque mantiene
intactos los del 25 % a otro grupo de importaciones que suponen 250.000
millones de dólares.
Trump
indicó que los aranceles se mantienen en vigor como elemento de
"negociación" de cara a la segunda fase del pacto comercial
Por
su parte, China recortará a la mitad los aranceles a las importaciones
estadounidenses por valor de 75.000 millones de dólares.
No
obstante, el reciente brote del coronavirus en la ciudad china de
Wuhan, que ha provocado más de un millar de muertos, ha puesto en riesgo
uno de los compromisos adquiridos por Pekín de aumentar las compras de
productos de EE.UU. hasta los 200.000 millones de dólares en los dos
próximos años.
Para
tratar de contener el brote, China, la segunda economía mundial por
detrás de EE.UU. y centro global de las cadenas de suministro, ha
aplicado severas restricciones de viaje interno y numerosas factorías
han detenido o ralentizado su actividad.
"Es
cierto que el acuerdo comercial, la primera fase del acuerdo, el
impulso a las exportaciones tomará más tiempo debido al virus. Eso es
cierto", reconoció Larry Kudlow, asesor económico de la Casa Blanca, en
una entrevista con la cadena Fox Business Network esta semana.
La
escalada en la guerra comercial entre las dos mayores economías
mundiales ha tenido profundas consecuencias más allá de sus fronteras.
Por
ello, y aunque celebró la "primera fase" del acuerdo como un paso
positivo para rebajar las tensiones, la directora gerente del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, instó en un
comunicado a Washington y Pekín a "avanzar hacia pacto integral que
apoye un sistema de comercio global más abierto, estable y
transparente".
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