ROMA.- El
ministro argentino de Economía, Martín Guzmán, afirmó hoy en el
Vaticano que el país quiere pagar su deuda, pero no a costa de entrar en
una "recesión profunda" y calificó de "constructivas" las
conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que el
país tiene contraída una deuda de 44.000 millones de dólares que
intenta renegociar.
Guzmán
participó en un foro sobre economía inclusiva en el Vaticano, al que
también asistió la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva,
entre otros. Ambos se reunieron el martes para abordar el problema de la
deuda argentina en Roma.
"Estamos
buscando una solución, el FMI es un gran acreedor de Argentina. Hemos
tenido una conversación muy constructiva con el FMI, hay un aumento en
el entendimiento mutuo y espero que podamos seguir trabajando de forma
constructiva para evitar los resultados del pasado", aseguró en su
intervención en este seminario.
Guzmán
calificó la deuda externa argentina como "insostenible" y
"angustiante", y dijo que el país quiere pagarla, pero no generar más
pobreza.
"Debería
existir un marco para la reestructuración de la deuda soberana",
señaló, al tiempo que los países fuertemente endeudados sufren mucho
para pagar sus compromisos y después "no pueden volver a un crecimiento
económico".
Guzmán indicó que Argentina quiere "resolver esta crisis de la forma más ordenada" posible y sin entrar "en la austeridad".
"Decidimos
asignar a algunas de nuestras escasa reservas a pagar los intereses,
pero esto no lo podemos hacer mucho tiempo porque terminaremos con los
fondos del banco central" del país, zanjó.
Finalmente,
el ministro argentino señaló que "las posibilidades de éxito son
mayores si las posturas de las partes interesadas son constructivas" y
que, si bien ya se están dando conversaciones constructivas con el FMI,
no ocurre lo mismo con el Club de París.
"No está en línea con lo que nosotros queremos, necesitamos cooperación también ahí", valoró.
Momentos
antes, la directora gerente del FMI había animado a los países
latinoamericanos asignen el gasto social "de manera más efectiva" para
ayudar "a los más vulnerables".
Georgieva
dijo que el mundo actual es "muy frágil" y citó el brote del
coronavirus y los recientes incendios ocurridos en Australia para
asegurar que la cooperación internacional es fundamental para afrontar
los desafíos que afectan a las economías y a las sociedades del siglo
XXI.
Defendió
que los países trabajen juntos para fomentar unas finanzas más
inclusivas, que ayuden a los más vulnerables y no solo a los más ricos, y
que tengan como objetivo combatir la evasión fiscal, la corrupción y el
blanqueo de capitales.
"Según
nuestros cálculos, los países que no pertenecen a la OCDE pierden
alrededor de 200.000 millones de dólares al año por empresas que
trasladan sus ganancias a lugares en los que pagan bajos impuestos",
expuso.
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