BRASILIA.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro,
ha presentado este miércoles un proyecto de ley que permitirá abrir las
tierras indígenas a la agricultura y la minería, entre otras
actividades, según ha informado el portal de noticias G1.
"Será
posible la minería, generar energía, transmitir energía, explotar el
petróleo y el gas y cultivar las tierras indígenas", ha anunciado el
jefe de Gabinete de la Presidencia brasileña, Onyx Lorenzoni, en un acto sobre los 400 primeros días de Gobierno.
Así, ha comparado el proyecto con la Ley Aurea
--legislación que se remonta a 1888 y que acabó con la esclavitud en
Brasil-- dado que, en su opinión, supondrá la "liberación" de los
indígenas.
Lorenzoni ha
destacado que muchas de esas actividades ya ocurren de manera ilegal y
que a los indígenas sólo les queda lamentarse o entrar en conflictos que
solo llevan a la violencia y la muerte.
Según
informaciones preliminares obtenidas por el citado medio, el proyecto
de ley prevé "criterios mínimos" para consultar a las comunidades
indígenas afectadas y el pago de indemnizaciones para las que se vean
afectadas por actividades como la minería o la generación de energía
hidroeléctrica. La medida tiene que ser aprobada primero por la Cámara de Diputados y el Senado para entrar en vigor.
El texto abre la posibilidad a que los indígenas exploten económicamente sus tierras a través de actividades como la agricultura, la ganadería, la minería o el turismo.
"El
gran paso va a depender del Parlamento, (los parlamentarios) van a
sufrir presión de los ambientalistas, esa gente del medio ambiente; si
un día puedo, los confino a todos en la Amazonía, ya que tanto les gusta el medio ambiente, y dejó a los 'amazónicos' aquí dentro de las áreas urbanas", ha afirmado Bolsonaro.
Grupos
de ambientalistas dicen que estas tierras son la mejor forma de detener
la destrucción la selva del Amazonas, considerada por muchos como la
mejor defensa natural contra el cambio climático debido a que sus
árboles absorben enormes cantidades de dióxido de carbono.
Sin
embargo, tanto Bolsonaro como varios líderes del sector agrícola se han
quejado de que los pueblos indígenas de Brasil representan menos de un 1% de la población y ocupan un 13% del territorio.
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