QUITO.- Ecuador
acude al Foro de Davos después de un año social y económicamente
turbulento por la necesidad de reordenar sus estructura fiscal y
tributaria, y con la intención de seguir adelante en una senda que
reduzca la dependencia del sector público y atraiga la inversión
privada.
El
viaje del presidente Lenín Moreno ha coincidido con la publicación de
los primeros datos del Banco Central sobre los daños y pérdidas de las
protestas sociales de octubre, que elevó a unos 821 millones de dólares:
120,07 millones en daños directos y 701,62 millones en pérdidas por
"ingresos no percibidos".
Daños,
se precisa en un informe realizado con el apoyo del Banco Mundial, que
significaron un impacto negativo para el PIB nacional, que de un
previsto crecimiento de 0,1 o 0,2 por ciento pasaría ahora a signo
negativo, ínfimo pero negativo.
Aún
así, el ministro de Finanzas y Economía, Richard Martínez, está
convencido de que su país acude a Davos en una "buena posición", más que
nada porque "finalmente la comunidad internacional destaca el esfuerzo
que está haciendo el Gobierno y el país en su conjunto, para dar un giro
estructural".
"Lo
importante es la tendencia, que es una tendencia de reducción y este
año tenemos la intención de seguir con ese proceso de optimización",
insiste.
Se
refiere a los cambios que ha introducido el Ejecutivo en los últimos
meses, y que incluyen desde la reducción del gasto público a reformas
fiscales y legales, pasando por la reestructuración de instituciones,
monetarización de activos públicos y políticas para alentar la inversión
y desarrollar el sector privado.
"Nosotros
hemos planteado el horizonte de desarrollo que queremos: un horizonte
abierto a la inversión privada, con una economía menos dependiente del
gasto público que era un modelo ya insostenible", afirma.
Martínez,
así como el ministro de Exteriores, José Valencia, acompañarán al
presidente en Davos en la presentación de un Ecuador que trata de romper
con modelos del pasado, cuando el alto precio del petróleo alentaba
toda la actividad económica.
Pero
la alta deuda del país heredada y la ralentización generalizada de la
economía a nivel mundial, pesan sobre las finanzas de Ecuador, que en
respuesta a la asistencia internacional (más de 10.200 millones de
dólares de organismos multinacionales) debió entrar en un proceso de
recortes y reformas.
En
octubre, la eliminación de subsidios a las gasolinas -luego derogada-,
generó una masiva ola de protestas que dejó, además de cuantiosos daños,
una decena de muertos y más de 1.500 heridos.
Y
obligaron al Ejecutivo a enmendar sus planes para generar más ingresos
-mediante tributación- y menos gasto -mediante despidos y eliminación de
ciertos subsidios-.
"Ciertamente,
las protestas son un componente que no es ajeno al análisis de los
inversionistas", reconoció Martínez, si bien destaca que la reciente
emisión de un bono social por 400 millones de dólares, con apoyo
internacional, aún plasma la confianza en el Gobierno de Moreno.
"Demuestra
que la comunidad internacional, tanto los multinacionales como los
inversionistas, todavía ven en Ecuador un país donde pueden invertir con
garantía de que estos compromisos van a ser honrados", apuntó.
Sin
embargo, las medidas adoptadas por el Ejecutivo en 2019 no han sido
suficientes para el sector privado, para el que "el Gobierno tiene un
objetivo meramente "fiscalista", en palabras de Patricio Alarcón,
presidente de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ).
Recuerda los nuevos impuestos introducidos y asegura que no buscan
"promover la empresa privada ni la inversión", es decir, se trata de un
modelo económico que "no ha cambiado en los últimos doce años" y que "no
entiende la problemática del sector empresarial".
El
ministro advierte en ese sentido que el Gobierno seguirá trabajando en
2020 "en la focalización de un esquema" tributario y de prestaciones que
deje de beneficiar "a un grupo de la población que no debería estar
beneficiándose", "personas de alto poder adquisitivo".
"Nosotros
lo vemos también desde el punto de vista de eficiencia económica,
también desde el punto de vista ambiental y desde el punto de vista de
justicia y equidad social", se justifica Martínez.
Advierte
desde un sentido de compromiso "con la transparencia", que "las cifras
no mienten" y "el problema del Ecuador es profundo".
"Tenemos
serias debilidades en la parte fiscal, pero cuando uno ve las
tendencias de estabilización y de masa salarial, eso es lo que valora
mucho el mercado", puntualiza al destacar que "el incrementar la
cobertura de la población social es bien valorado también por la
comunidad internacional y por los inversionistas".
Más
allá de apuntalar la imagen de su país ante organismos multinacionales,
Ecuador lleva a Davos "un portafolio de los principales activos que
busca monetizar", para lo cual sus dirigentes mantendrán reuniones con
inversionistas en los campos hidroeléctrico, financiero, petrolero y de
comunicaciones.
Tras
ausentarse por una década, esta será la segunda vez consecutiva que el
país acude al Foro Económico Mundial para dar a conocer un nuevo
aperturismo al mundo y fortalecer "la imagen de una nación comprometida
con el desarrollo social sostenible y, fruto de la seguridad jurídica,
atraer el interés de compañías para que inviertan en Ecuador".
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