TEL-AVIV.- Después de meses de
conversaciones, dos elecciones y la inculpación del primer ministro
Benjamin Netanyahu por corrupción, los israelíes volverán a las urnas en
marzo para las terceras elecciones en menos de un año, una primicia en
la historia del Estado hebreo.
Como atrapados en el tiempo,
Benjamin Netanyahu y su rival Benny Gantz, muy igualados durante las
elecciones de abril y después en septiembre, volverán a enfrentarse tras
su incapacidad para poner de acuerdo a 61 diputados de los 120 que
tiene la Knéset.
El miércoles por la noche, antes de la hora límite (23:59 -
21:00 GMT) para formar un gobierno de unión entre ambos adversarios, el
milagro tan esperado por numerosos israelíes no se produjo.
A
medianoche, el plazo para lograr un candidato con una mayoría de apoyos
expiró, pero el Parlamento no se disolvió automáticamente.
Los
diputados israelíes discutían todavía una serie de enmiendas para
definir las reglas de la celebración de las elecciones previstas el 2 de
marzo, antes de la fiesta judía de Purim.
"Nos empujan hacia
nuevas elecciones [...] y lo único que hay que hacer es ganarlas, lograr
una gran victoria, y es lo que vamos a hacer", comentó Netanyahu en un
mensaje divulgado por su equipo.
Los
escándalos judiciales son en buena parte responsables de este bloqueo
político en Israel. Netanyahu, que ha sido primer ministro durante 13
años, los diez últimos consecutivos, lo que es un récord en Israel, fue
acusado de fraude, cohecho y abuso de confianza en noviembre.
Algunos
de sus allegados, como su abogado, también van a ser acusados de lavado
de dinero por una operación de compra de submarinos a la firma alemana
ThyssenKrupp.
Netanyahu deseaba ser el primero en dirigir el
gobierno de unión, con la esperanza de obtener una inmunidad judiciaria.
Pero Gantz lo rechazó y ha instado a su rival a solucionar sus asuntos
con la justicia antes de ocupar de nuevo el cargo de primer ministro.
"Parece que entramos en
un tercer ciclo electoral debido a los intentos de Netanyahu de obtener
su inmunidad", acusó Gantz, antes de unos nuevos comicios que podrían
resultar como los dos anteriores.
Según recientes sondeos, los
partidos de Netanyahu, el Likud (derecha) y de Gantz, Azul-Blanco
(centro-derecha), siguen sin alcanzar, junto a sus aliados respectivos,
el umbral de la mayoría necesaria para formar un gobierno.
Los electores israelíes acusan a Netanyahu de estas
terceras elecciones, según las encuestas. Y al contrario que en los dos
anteriores comicios, el primer ministro está ahora inculpado por la
justicia.
Pese a
su acusación, anunciada hace tres semanas, Benjamin Netanyahu consiguió
evitar deserciones en su bando, lo que habría podido reforzar las filas
de su rival y precipitar su caída.
Netanyahu es objeto de críticas
por parte de un ala de su formación liderada por el diputado Gideon
Saar, que pide la celebración de primarias para designar al candidato de
la formación para las nuevas elecciones.
Un cargo del partido
indicó que las primarias se celebrarán el 26 de diciembre. "Se
trata de un avance que permitirá acabar con la crisis política actual",
consideró Saar.
Netanyahu, por su parte, afirma estar seguro de ganar estas elecciones internas.
El
primer ministro podría presentarse como una víctima de un "golpe de
Estado" urdido por la Justicia, como ya hizo en el pasado, y avanzar en
su idea de anexionar parte de Cisjordania, territorio palestino ocupado
por Israel, así como llegar a un acuerdo de defensa con Estados Unidos.
Por su parte, Azul-Blanco ha decidido mantener como líder a
Gantz. Aunque en principio se preveía una alternancia con Yair Lapid,
otro líder político incluido en la coalición, éste ha renunciado a esta
rotación.
"Lo importante es liberar a este país de la corrupción",
dijo esta semana, antes de añadir el miércoles por la noche que
esperaba ver un "festival de odio y de violencia".
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