BUENOS AIRES.- El
nuevo ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, anunció este
miércoles que el Gobierno de Alberto Fernández iniciará un proceso de
consultas con los acreedores con vistas a renegociar el perfil de la
deuda argentina.
"Sobre
la base de un espíritu constructivo, estableceremos consultas con los
acreedores para obtener una modificación en el perfil de la deuda",
anunció Guzmán en una rueda de prensa.
El ministro dijo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) es parte de este proceso de negociación.
"Con
el FMI ya se iniciaron las negociaciones. Ya se inició el dialogo y las
negociaciones también. Y estamos en instancias de comienzo de diálogo y
de consultas, principalmente, con los bonistas privados", indicó.
Guzmán,
un académico especializado en asuntos de deuda pública, insistió en que
Argentina quiere tener en este proceso una "posición constructiva" para
"resolver la situación de virtual default (cese de pagos) en la que se
encuentra el país".
El ministro no dio detalles de una eventual propuesta a los acreedores, que incluyen a inversores privados y al propio FMI.
Antes
de asumir la Presidencia, Alberto Fernández se había manifestado a
favor de negociar una extensión de los plazos de pago, sin quitas sobre
capital e intereses.
Guzmán
afirmó que el FMI ha reconocido el "fracaso" del acuerdo de auxilio
financiero, por un total de 56.300 millones de dólares, que el organismo
firmó en 2018 con el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).
Ese
acuerdo, aseveró, "ya está caído" y "no tiene sentido recibir más
desembolsos del Fondo", que hasta el momento ha girado a Argentina unos
45.000 millones de dólares.
Guzmán
dijo que se creará una unidad especial para la gestión de la deuda
externa argentina, que será dirigida por él, y una comisión asesora en
temas de deuda, integrada por exsecretarios de Finanzas.
Al
hacer una descripción del estado de la economía argentina, en recesión
desde 2018, el nuevo ministro dijo que la actividad económica viene
cayendo "en picada", con una inflación que cerrará este año en un 55 %.
Prometió
desarrollar un programa macroeconómico "consistente", orientado a
frenar la caída de la actividad, recuperar el superávit fiscal y
comercial y atender a los sectores más vulnerables, en un escenario
donde la pobreza ha escalado al 38 % de la población.
Aseveró
que no hay margen para hacer más ajustes porque ello supondría
profundizar la recesión y dijo que, para pagar las deudas, Argentina
necesita volver a crecer.
Adelantó
que el nuevo Ejecutivo convocará a sesiones extraordinarias en el
Congreso, al que girará un proyecto de ley de "solidaridad y
reactivación productiva", con medidas "orientadas a lidiar con esta
profunda crisis económica y social".
Con
respecto a la inflación, el ministro dijo que el nuevo Gobierno quiere
reducir la inflación a niveles de un dígito, pero, advirtió, "eso lleva
tiempo".
"La
inflación es mala para el funcionamiento del sistema económica,
distorsiona las decisiones económicas y genera un montón de problema. No
se debe atacar, como se intentó en el pasado reciente, solamente con
política monetaria. No funciona. Esto debe ser atacado con una
estrategia macroeconómica integral", dijo.
Guzmán
sostuvo que para que la economía argentina pueda "sacarse de encima"
los controles cambiarios impuestos por el Gobierno de Mauricio Macri en
agosto, primero "se tiene que tranquilizar"
"En
lo inmediato seguiremos igual. Sí que se estará evaluando cuál es el
régimen cambiario hacia el que Argentina puede ir en función de la
evolución que vaya exhibiendo la economía", afirmó.
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