BUENOS AIRES.- El expolicía argentino Mario Sandoval llegó este lunes a Argentina
extraditado desde Francia para ser juzgado por la desaparición de un
joven en 1976 durante la dictadura militar.
Sandoval, de 66 años,
residía en Francia desde 1985 y era requerido por la justicia argentina
desde 2012 por la desaparición de un estudiante universitario, pero bajo
la sospecha de su participación en centenares de otros casos de tortura
y muerte.
El acusado abordó escoltado un avión comercial la medianoche del domingo
en la capital francesa y arribó en la mañana al Aeropuerto de Ezeiza,
en Buenos Aires.
El juez federal argentino
Sergio Torres había solicitado su extradición en el marco de una causa
que investiga unos 800 casos de desapariciones en la exEscuela de
Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor centro clandestino de detención
durante la dictadura (1976-1983) por el que se estima pasaron unos 5.000
prisioneros políticos.
El expolicía fue retratado como un cruel torturador por
sobrevivientes quienes señalaron que recibía el apodo de "churrasco"
(bistec de carne), por su método de torturar a los prisioneros con
descargas eléctricas sobre un somier metálico.
El Consejo de
Estado francés, la máxima jurisdicción administrativa, había autorizado
el decreto de extradición adoptado por el gobierno francés el 21 de
agosto de 2018.
"Probablemente el gobierno francés suponía que si
venía extraditado con el gobierno anterior (del expresidente Mauricio
Macri) iba a salir liberado inmediatamente", dijo Daniel
Tarnopolsky, hijo de desaparecidos y representante argentino ante el
Centro Internacional de Derechos Humanos de la Unesco.
El
dirigente humanitario precisó: "Decidieron (la extradición) una vez que
cambió el gobierno, conociendo cuáles son las posiciones de este (nuevo
presidente Alberto Fernández) respecto a los casos de lesa humanidad,
sabiendo que va a ser juzgado y que no va a salir caminando por la
calle".
La cancillería argentina destacó "el producto exitoso de la cooperación internacional".
"La
extradición del Sr. Sandoval ratifica el carácter de política de Estado
que la Argentina confiere al juzgamiento de las violaciones a los
Derechos Humanos", afirmó la cancillería en un comunicado.
Según la causa, Sandoval
se presentó ante el domicilio de la familia Abriata en Buenos Aires el
30 de octubre de 1976 y se llevó arrestado a Hernán, un estudiante de
Arquitectura de 24 años que militaba en la Juventud Universitaria
Peronista (JUP).
Sus padres y esposa, Mónica Dittman, estaban presentes y así lo relataron ante el tribunal.
"Sandoval y sus hombres llegaron a la medianoche a nuestra
casa. Con mi marido estábamos durmiendo cuando nos despertaron unos
ruidos que no sabíamos a qué atribuirlos. Miramos por la ventana y vimos
que un grupo de militares apuntaban con armas largas hacia la casa,
luego entraron de manera violenta y nos sacaron a la calle. Parecía una
guerra. Fue algo espantoso", recordó su madre, Beatriz Cantarini,
entrevistada meses atrás.
Cantarini, madre de Plaza de Mayo de 92
años espera desde hace más de cuatro décadas justicia por la
desaparición de su hijo que, según relataron sobrevivientes, fue
torturado en la ESMA.
Sandoval vestía ropa de fajina y se identificó como inspector de la policía, según la familia.
Dijo
que la detención era un "procedimiento de rutina" por una denuncia en
el marco de la intervención militar de la Facultad de Arquitectura.
"Fueron
ocho años larguísimos desde que comenzó el proceso en 2012 para la
extradición" de Sandoval, dijo Carlos Loza, compañero de celda de
Abriata en la ESMA -la cárcel clandestina emblemática de la dictadura
argentina- y quien logró sobrevivir.
Exiliado
en Francia desde 1985, Sandoval había sido arrestado el miércoles en su
residencia de Nogent-sur-Marne, en las afueras de París tras agotar
todas las instancias judiciales para evitar ser juzgado en Argentina.
Sandoval
ha negado los hechos e incluso apelado a la prescripción. Un último
recurso del expolicía ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos
(TEDH) fue rechazado el viernes.
Durante
su residencia en Francia, donde había obtenido la nacionalidad en 1997,
logró incluso ser consejero del expresidente Nicolás Sarkozy.
Trabajó
como profesor en el Instituto de Altos Estudios de América Latina de La
Sorbonne Nouvelle y de la Universidad de Marne-la-Vallé.
"Ha
tenido privilegios que no merece", ha dicho Beatriz Cantarini. "No sólo
me ha mortificado a mí y a mi familia, sino también a mucha juventud que
hoy podría estar disfrutando de la vida".
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