SAO PAULO.- El
presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha intensificado en su primer año
de mandato, que cumple el miércoles, su cruzada contra todo lo que
considera "marxista", en especial en las áreas de Educación y Cultura,
dos de los principales sectores que cree "dominados" por la "ideología
izquierdista".
Desde
que era candidato a las elecciones presidenciales que ganó en octubre
de 2018, Bolsonaro defendía un Brasil "similar" al de "hace 40 o 50
años" en materia de costumbres y propuso combatir la ideología que,
según sostiene, ha "dominado" la enseñanza, la producción cultural y la
prensa del país.
"En
su análisis, Brasil vive una crisis moral y de seguridad, que sería
causada sobre todo por la igualdad de género y la aceptación de la
homosexualidad", dijo el filósofo y profesor de la Universidad de
Sao Paulo Renato Janine Ribeiro, quien también fue ministro de Educación
de la expresidenta Dilma Rousseff entre 2015 y 2016.
Cuando
asumió la Presidencia el 1 de enero de 2019, Bolsonaro reforzó su
batalla contra "el izquierdismo" con medidas como la imposición de
"filtros" a contenidos que no encajan en su visión ultraconservadora del
mundo o la reducción de recursos destinados a áreas como educación,
cultura y ciencia.
A
lo largo del año, el Ministerio de Educación acumuló una serie de
polémicas. Tras una corta y controvertida gestión por parte del
colombiano nacionalizado brasileño Ricardo Vélez, el economista Abraham
Weintraub asumió la cartera el pasado abril.
En
ocho meses como ministro, Weintraub acusó a estudiantes de hacer
"jaleo" con dinero público, afirmó que las universidades públicas de
Brasil albergan "plantaciones de marihuana" y hasta dijo que el modelo
de enseñanza actual prefiere "discutir de sexualidad" a "leer y
escribir".
El
último capítulo de la ofensiva bolsonarista en el campo educativo tuvo
lugar recientemente, cuando el Gobierno anunció que no renovaría el
contrato con una televisión pública dedicada a la educación que opera
desde 1995, por su programación "de izquierda", que promovía temáticas
como la "ideología de género".
"La
agenda de este Gobierno es denunciar a los profesores que traten sobre
intolerancia al homosexual, de la esclavitud, de la igualdad de la
mujer. Ellos asumieron el poder con un proyecto hostil a todo lo que se
hizo en los últimos 25 años", dijo Janine.
"En la mejor de las hipótesis, este fue un año desperdiciado. En la peor, dimos inicio a un retroceso", evaluó.
Igualmente
figura en el punto de mira de Bolsonaro la producción cultural del país
que, según el mandatario, también ha sido dominada por la izquierda en
los últimos 30 años.
En
su primer año en el poder, el presidente cumplió la promesa de eliminar
el Ministerio de Cultura, convertido ahora en Secretaría, ha reducido
significativamente su presupuesto y ha incentivado la aplicación de
"filtros" a exposiciones, películas y programas de televisión que
presenten contenidos "inadecuados".
Entre
los casos más emblemáticos de censura destacan la revocación de la
financiación a series televisivas con personajes LGTB y la retirada de
un anuncio de un banco estatal por presentar la diversidad étnica,
racial y sexual de Brasil.
Bolsonaro ha señalado que "no se trata de censura, sino de preservar los valores cristianos".
La
polémica fue reavivada cuando el grupo humorístico "Porta dos Fundos"
sufrió un ataque con cócteles molotov en su sede de Río de Janeiro
debido a su especial de Navidad, que retrata a Jesucristo como un
homosexual y por el que una comisión de la Cámara de Diputados decidió
convocar a Netflix para que se explicara.
Para
el secretario de Cultura de la ciudad de Sao Paulo, Alê Youssef, el
Gobierno "tiene una agenda de combate a la identidad nacional", que
"involucra la cultura, la Amazonía, los indios y varios otros iconos de
la identidad nacional".
"Ellos
pueden hacer lo que les dé la gana. Sao Paulo es independiente y vamos a
continuar ejerciendo nuestro papel bajo los preceptos de la democracia y
la libertad de expresión", afirmó a Efe Youssef, quien asumió la
Secretaría en enero, después de que Bruno Covas, del Partido de la
Social Democracia Brasileña (PSDB), sustituyera al ahora gobernador Joao
Doria en el cargo de alcalde.
El
secretario anunció además que la capital paulista celebrará
próximamente un festival con todas las producciones vetadas por el
Gobierno, con el que espera hacer frente a ese "flirteo con el
autoritarismo".
Entre
las obras confirmadas en el festival figura el espectáculo "Res Pública
2023", que tuvo su estreno cancelado por retratar la celebración de una
Nochevieja en un distópico "Brasil Tropical Fascista" en 2022, según
cuenta el reparto de la producción.
"Con
el veto percibimos que es una política de Estado, una cruzada contra la
cultura, la educación, la ciencia", explicó el director de la
obra, Biagio Pecorelli.
"Se
trata de unas pérdidas irreparables en el campo institucional de
derechos alcanzados en diversos ámbitos", añadió el actor Bruno Caetano.
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