MOSCÚ/LONDRES.- Rusia pedirá probablemente a sus socios productores de crudo que cambien
la manera en que se mide el bombeo de Moscú cuando se reúna la mayoría
de las principales naciones petroleras en diciembre en Viena, dijeron
fuentes rusas y de la OPEP.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo y aliados ajenos
al grupo llevan tres años reduciendo su producción para equilibrar el
mercado y respaldar los precios, pero Rusia ha estado midiendo su
extracción de forma diferente al resto.
A diferencia de Arabia
Saudita y otros miembros de la OPEP, Rusia ha estado incluyendo el
condensado -un tipo de crudo ligero de alta calidad que suele extraerse
durante la producción de gas- en sus cifras de bombeo.
En el
pasado, esto no fue un problema, pero ahora que Moscú está lanzando
nuevos yacimientos gasíferos en el Ártico y en Siberia Oriental y
abriendo un nuevo gasoducto a China, su producción de condensado está
aumentando.
Esto significa que no está cumpliendo con su cuota fijada en el pacto
alcanzado por la alianza conocida como OPEP+, algo que pretende evitar,
según fuentes rusas y del cartel.
“Rusia llevará sin duda el
asunto del condensado a la reunión de diciembre, ya que su producción
estará aumentando”, dijo una de las fuentes conocedoras de la posición
rusa. La OPEP+ tiene previsto reunirse en Viena los días 5 y 6 de
diciembre.
Las fuentes no dijeron si Rusia sellará otros acuerdos
con la OPEP a condición de un cambio en la cuota, como la extensión de
sus recortes de producción al próximo año o la profundización de los
mismos. No obstante, el debate podría complicar aún más la cita, que
coincidirá con la salida a bolsa de Saudi Aramco.
El ministro de
Energía de Rusia, Alexander Novak, dijo el miércoles que en la reunión
podría discutirse un ajuste de las cuotas de producción de crudo, aunque
no aportó detalles. Su ministerio no respondió a una solicitud de
comentario.
Rusia lleva reduciendo su extracción
petrolera junto a la OPEP desde 2017 para ayudar a respaldar los precios
en torno a 50-70 dólares por barril, pese al auge de la producción en
Estados Unidos.
Para 2019, Rusia acordó reducir su bombeo en
228.000 barriles por día (bpd), hasta cerca de 11,18 millones de bpd, en
el marco de los recortes conjuntos fijados por la OPEP+ de 1,2 millones
de bpd, o el 1,2% de la demanda global.
No obstante, la
producción rusa ha promediado este año 11,25 millones de bpd, unos
70.000 bpd más de lo establecido, según cálculos de Reuters. La mayor
parte de este exceso se debe al condensado, cuya extracción aumentó en
un 4% en enero-octubre de 2019, hasta cerca de 770.000 bpd, según datos
de energía rusos.
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