BRUSELAS.- La
OTAN ha puesto el contrato por 1.000 millones de dólares firmado este
miércoles con Boeing para modernizar sus aviones de vigilancia AWACS
como ejemplo de cooperación transatlántica, a una semana de la cumbre en
la que la Alianza intentará mostrar unidad tras sus últimas divisiones.
"Nuestro
contrato con Boeing muestra el fuerte compromiso de la OTAN de trabajar
con la industria para mantener fuerte nuestra Alianza transatlántica",
dijo el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, en una
rueda de prensa tras firmar el contrato con el presidente de Boeing
Internacional, Michael Arthur.
"Es
una verdadera asociación transatlántica, norteamericana y europea,
desde el lado industrial", comentó Arthur, quien destacó que el gigante
aeronáutico estadounidense trabajará con compañías europeas asociadas,
como la española Indra.
Aunque
la decisión de modernizar la flota de AWACS la tomaron los líderes
aliados en su cumbre de Varsovia en 2016, la OTAN ha escogido la fecha
de hoy para firmar el contrato que la hará posible, solo unos días antes
de una nueva reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN, que
tendrá lugar en Londres el 3 y 4 de diciembre.
Más
allá de celebrar el 70 aniversario del fundacional Tratado de
Washington, se espera que esa cita despeje dudas sobre las diferencias
entre aliados, especialmente tras la operación militar que Turquía lanzó
unilateralmente en el norte de Siria y de las críticas del presidente
de Francia, Emmanuel Macron, que consideró recientemente que la OTAN
está en "muerte cerebral".
"Esto
es solo un ejemplo de cómo la OTAN se está modernizando. Es algo que se
ha planificado desde hace tiempo", indicó Stoltenberg, quien insistió
en que la Alianza "se está adaptando y es ágil".
El
contrato con Boeing prevé la modernización de los AWACS para que sigan
apoyando operaciones aéreas hasta 2035 aproximadamente, la cuarta
actualización que experimenta la flota desde su creación en 1979 y la
última antes de que estos aviones sean sustituidos por otro sistema
teniendo en cuenta nuevas tecnologías, inteligencia artificial,
mecanismos autónomos y macrodatos.
Entre
otros aspectos, en esta renovación se mejorarán los dispositivos de
visualización y la velocidad de transmisión, se doblará la cantidad de
información que puede ser recibida y enviada por los aviones y será más
fácil para los operadores procesarla, indicó un alto cargo de la
Alianza.
Hay
dos maneras en que los países contribuyen al programa AWACS, en el que
los aliados llevan invertidos o comprometidos 13.000 millones de
dólares: a través de la adquisición y modernización o de la operación y
mantenimiento de la fuerza, en la que están todos los aliados.
En
total, 16 de los 29 estados aliados, de ambas orillas del Atlántico,
financian esta modernización, entre ellos España, y empresas de Europa y
Norteamérica participan en su desarrollo, mientras que el Reino Unido y
Francia aportan capacidades al programa.
Estos
Boeing E-3A, con sus emblemáticos radares montados sobre su fuselaje,
han sido "nuestros ojos en el cielo" y han dado "apoyo a nuestras
operaciones aéreas durante décadas", destacó Stoltenberg, quien enumeró
misiones como la patrulla en los cielos americanos tras el 11S, la
intervención en Afganistán o la contribución a la coalición global
contra el Estado Islámico.
Esas
aeronaves, una de las pocas capacidades en propiedad de la OTAN -la
base aérea de Geilenkirchen (Alemania) alberga 14 unidades-,
proporcionan a la Alianza vigilancia aérea, comando y control, gestión
del espacio de batalla y comunicaciones.
De
forma paralela, la OTAN se ha propuesto adquirir el llamado sistema
aliado de vigilancia de tierra (AGS, en inglés), que dará a los
comandantes una perspectiva integral de la situación sobre el terreno.
El primero de los drones AGS encargados por la OTAN ya ha llegado a la base de Sigonella, en Italia, según confirmó Stoltenberg.
Un
grupo de 15 países aliados va a adquirir el sistema AGS, compuesto por
cinco aviones de control remoto RQ-4D de la OTAN y las estaciones de
comando y control terrestres asociadas de origen europeo.
El
avión AGS NATO RQ-4D se basa en el bloque 40 Global Hawk de la Fuerza
Aérea estadounidense, y ha sido adaptado para cumplir los requisitos de
la OTAN a fin de proporcionar a la Alianza una capacidad de
inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) de última generación,
según la organización.
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