HONG-KONG.- Una manifestación pacífica, legal y
masiva en Hong Kong, en agradecimiento a Estados Unidos por aprobar dos
leyes en apoyo a las protestas, acabó el jueves con un nuevo episodio de tensión con la policía, después de una semana relativamente pacífica.
Miles
de personas de todas las edades asistieron a una concentración -la más
multitudinaria de las últimas dos semanas- en la Plaza de Edimburgo de
la ciudad para celebrar el espaldarazo internacional de EEUU logrado por
el movimiento prodemocrático, que se desarrolló de forma pacífica y sin
presencia policial.
Cuando la multitud se dispersaba después de dos horas sin incidentes,
agentes antidisturbios apostados en las calles cercanas pidieron la
identificación a dos jóvenes -menores, según algunos testigos- sin
aparente motivo, que se negaron y fueron arrestados.
El
acto fue visto como una provocación por los manifestantes que lo
presenciaron y decenas de personas comenzaron a increpar a la policía y
pedir la liberación de los chicos, algo que finalmente sucedió, aunque
la atmósfera ya se había caldeado.
"Fuera
de aquí", "Perros" o "Libertad para Hong Kong" fueron los gritos que
centenares de personas dedicaron, junto con varios cortes de mangas, a
los agentes, quienes después de varios momentos muy tensos se replegaron
en medio de los aplausos de los manifestantes, que también patearon y
lanzaron objetos a los furgones policiales.
Poco
después, los antidisturbios regresaron con refuerzos a dispersar la
manifestación espontánea, armados con gas pimienta que al final no
utilizaron porque la protesta se disolvió sin altercados ni detenidos, pero probó que la chispa de la violencia puede estallar en cualquier momento.
Algunos
activistas confiaban en que el arrollador triunfo electoral del bloque
prodemocrático en los comicios locales del pasado domingo -síntoma del
descontento social con las autoridades- podría devolver las protestas al
rumbo pacífico de los inicios, pero el episodio de hoy demostró que la
tensión está a flor de piel.
Antes de ese altercado, un gentío que los organizadores cifraron en unas 10.000 personas
festejó en un ambiente en calma que el presidente estadounidense,
Donald Trump, firmara anoche dos leyes en apoyo al movimiento
prodemocrático de Hong Kong, lo que ha enfadado a China.
Se
trata de la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong, que
contempla sanciones a funcionarios chinos si no respetan la autonomía y
libertades de la ciudad china bajo administración especial, y una norma
que prohíbe la venta de material antidisturbios a la policía de Hong
Kong.
La medida de Trump provocó hoy la reacción airada de Pekín,
que amenazó con represalias si Washington "continúa inmiscuyéndose" en
sus asuntos y llamó a consultas al embajador estadounidense.
Pero
en Hong Kong la noticia se recibió con júbilo y miles de personas, con
la bandera de las barras y estrellas, asistió a las dos horas de
concentración, en las que se escuchó el himno estadounidense en varias
ocasiones.
"Espero que esta ley sirva de ejemplo para que otros países hagan lo mismo. Necesitamos más apoyo de la comunidad internacional que defiende la libertad y la democracia", dijo a Efe el líder estudiantil Sunny Cheung, portavoz de la plataforma HKIAD que organizó la concentración.
"Somos la mayoría en Hong Kong",
clamó durante el acto en referencia al resultado electoral el conocido
activista Joshua Wong, convertido en una suerte de canciller del
movimiento que está viajando por el mundo para recabar apoyos
internacionales, lo que le llevó recientemente a Washington.
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