LA PAZ.- El gobierno provisional
de Bolivia dio un giro radical a la "política exterior extraviada" de la
administración de Evo Morales, al anunciar que su país restableció la
relación con Israel, rota desde 2009, y que quiere afianzar los lazos
con Estados Unidos.
La idea del gobierno transitorio de Jeanine
Áñez, que asumió por sucesión constitucional tras la renuncia el 10 de
noviembre del titular Evo Morales, asilado en México, es "rectificar
todo lo malo que hizo el anterior gobierno", dijo la canciller Karen
Longaric en conferencia con la prensa extranjera.
"Lo menos que se podía esperar de este gobierno era
rectificar la política exterior, una política exterior extraviada y que
no atendía a los intereses propios del Estado y era altamente
ideologizada", sostuvo.
En el afán de rehacer la
política de Morales, quien gobernó durante 14 años, Longaric anunció el
restablecimiento de relaciones con Israel, cinco años después de la
ruptura por causas políticas.
Su homólogo interino israelí, Yisrael Katz, acogió "con satisfacción" esa decisión.
Desde que asumió el poder
hace dos semanas, Áñez rápidamente buscó diferenciarse de la política
exterior de su antecesor: se distanció de Cuba y Venezuela, aliados
políticos de Morales, al expulsar a 725 médicos cubanos y reconocer a
Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela tras romper
relaciones con Nicolás Maduro.
Bolivia se propone "fortalecer las relaciones con Estados Unidos", para lo que designó el martes al embajador Oscar Serrate.
El gobierno transitorio fue reconocido por Donald Trump.
En 2008, Morales expulsó
al entonces embajador estadounidense, Philip Goldberg, acusándole de
apoyar a un movimiento de derecha que supuestamente pretendía escindir
Bolivia. Washington expulsó en reciprocidad al representante de La Paz.
Luego el exgobernante boliviano echó también del país a la agencia
antidrogas DEA y al organismo de cooperación USAID.
Durante la
crisis diplomática, Estados Unidos colocó a Bolivia en una lista de
países que no cumplían sus compromisos de lucha contra el narcotráfico y
en 2014 la retiró del programa de beneficios comerciales y arancelarios
ATPDEA, según sus siglas en inglés.
En cambio, al mencionar las
relaciones con China y Rusia, socios comerciales de Bolivia durante el
gobierno de Morales, Longaric dijo que corresponde "fortalecerlas" pero
también reconducirlas, redireccionarlas y velar por los intereses del
país protegiendo los recursos naturales.
Con China, que
desarrolla en el país negocios como la minería y la construcción,
Bolivia mantiene un déficit comercial que el año pasado alcanzó los
1.617 millones de dólares. Pekín le otorgó, además, un crédito por
10.000 millones de dólares.
Asimismo, firmó recientemente un
acuerdo con la empresa china Xinjiang Tbea Group-Baocheng para la
construcción de ocho plantas de litio en los salares bolivianos de
Coipasa y de Pastos Grandes, con una inversión de 2.390 millones de
dólares. En febrero pasado logró certificar sus reservas de litio de 21
millones de toneladas.
El país desarrolla además con Rusia varios
proyectos con Gazprom, que se adjudicó la explotación de al menos dos
megacampos para avanzar en el cambio de la matriz energética de todo su
parque de buses públicos, de diésel a GNL y GNV. También trabaja en un
proyecto para un complejo de energía atómica con fines medicinales y
agroindustriales, que ha desencadenado una fuerte oposición en Bolivia.
Longaric
descartó que su país vaya a romper relaciones diplomáticas con México
por la negativa de entregar a dos exministros del gobierno de Evo
Morales asilados en la embajada mexicana y acusados por la justicia de
sedición y terrorismo.
"No creo que este 'impasse' por los
asilados políticos llegue a ese extremo", dijo Longaric respecto de la
negativa mexicana de dar cumplimiento al pedido de la fiscalía boliviana
de que entregue a los exministros Juan Ramón Quintana y Vilma Alanoca.
Sobre
Quintana, extitular de la Presidencia y mano derecha de Morales, pesa
una orden de detención por "sedición, instigación pública a delinquir,
terrorismo y financiamiento al terrorismo"; y sobre Alanoca, de Cultura y
Turismo, por "instigación a delinquir".
Morales
dimitió el 10 de noviembre, tras varias semanas de violentas protestas
desatadas por su victoria en las presidenciales del 20 de octubre y que
la oposición y la OEA tildaron de fraudulentas.
Desde entonces en Bolivia han muerto 33 personas.
Según
Longaric, "la actitud del gobierno de México va a ir suavizándose y va a
comprender que efectivamente pesan sobre algunos asilados acusaciones
muy serias sobre delitos muy graves".
"En caso de que se rehusaran
a entregar a personas con delitos comunes sería un problema muy grave
para ellos e incómodo para nosotros", agregó.
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