RIAD.- Rusia y Arabia Saudita
sellaron el lunes su acuerdo petrolero y abogaron por una mayor
cooperación a todos los niveles, con ocasión de una visita del
presidente ruso Vladimir Putin a Riad.
Al término de las
conversaciones entre Putin y el rey Salmán, se firmaron acuerdos y
contratos sobre espacio, cultura, salud, últimas tecnologías y
agricultura, que prevén especialmente inversiones por miles de millones
de dólares.
Entre estos figura la carta de cooperación "OPEP+", nombre
que agrupa a los 14 países de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP) y a diez países no miembros, cuya firma oficializó un
acuerdo aprobado este verano.
Este documento crucial busca
"reforzar la cooperación [...] y apoyar más la estabilidad de los
mercados petroleros", declaró el ministro de Energía saudita, el
príncipe Abdulaziz bin Salmán, durante un ceremonia solemne delante del
rey Salmán y Putin.
Arabia Saudita, líder de la OPEP, y Rusia -que
no pertenece al cártel- han cooperado estrechamente en los últimos años
para limitar la oferta de oro negro e intentar hacer que remonten los
precios.
La última prórroga de las reducciones de producción, decidida por la "OPEP+", expira a finales de marzo de 2020.
"Rusia
da una particular importancia al desarrollo de lazos amistosos y
mutuamente ventajosos con Arabia Saudita", afirmó el jefe del Kremlin.
Recibido con una salva de
cañonazos en el aeropuerto de Riad, Putin fue acompañado por jinetes
sauditas que portaban banderas rusas hasta el palacio real.
"Estamos
impacientes por trabajar [juntos] en todas las cuestiones que
conducirán a la seguridad, la estabilidad y la paz, luchar contra el
extremismo y el terrorismo y reforzar el crecimiento económico", afirmó
por su parte el rey Salmán, durante las conversaciones con Putin.
Este último ya había alabado sus "muy buenas relaciones
tanto con el rey, como con el príncipe heredero" Mohammed bin Salmán, en
una entrevista con varias televisiones de lengua árabe que fue
retransmitida la víspera de su visita.
Moscú y Riad, aliado
tradicional de Estados Unidos, dieron muestra de un acercamiento
espectacular en los últimos años, marcado especialmente por una visita a
Rusia del rey Salmán en octubre de 2017.
Un año después, mientras
Mohammed bin Salmán era objeto de las críticas tras el asesinato del
periodista saudita Jaman Kashoggi en Turquía, Putin saludó al príncipe
heredero con un intenso apretón de manos ante los dirigentes del G20.
Moscú,
valiéndose de estas relaciones con Riad y al mismo tiempo con Irán,
enemigo jurado del reino, podría querer "ejercer un papel de
pacificador" en las tensiones entre iraníes y sauditas, estima el
analista político ruso Fiodor Lukianov.
Este conflicto se
acrecentaron en septiembre, sobre todo desde los ataques contra unos
yacimientos petroleros sauditas. Riad y Washington acusaron a Irán, que
desmintió cualquier implicación y advirtió de una "guerra total" en caso
de ataque en su territorio.
Estos fueron revindicados por los rebeldes hutíes en Yemen, apoyados por Teherán, que combate a Arabia Saudita.
Rusia descartó entonces extraer "conclusiones apresuradas" contra Irán.
"Haremos
cuanto podamos para crear las condiciones necesarias para una dinámica
positiva" que sirva para rebajar tensiones, subrayó Putin en su
entrevista con las televisiones árabes.
La guerra en Siria también
fue tratada durante las conversaciones de Putin en Riad, afirmó el
consejero del Kremlin. En Siria, los rusos y los sauditas están en
bandos enfrentados, los unos aliados del régimen de Bashar al Asad y de
Irán, y los otros apoyo de la oposición.
"Para Rusia es importante
que un país árabe participe en la solución política en Siria", explicó,
pues hasta ahora "solo tres países no árabes están implicados":
Turquía, Rusia e Irán.
Después de Arabia Saudita, Putin viajará el martes a Emiratos Árabes Unidos.
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