NUEVA YORK.- Al menos uno de cada tres niños menores de 5 años que hay
en el mundo sufre de desnutrición o de sobrepeso, según un nuevo
informe de Unicef que hace sonar la señal de alarma por las pobres
dietas que reciben los más pequeños.
La agencia de la
ONU para la infancia advierte que millones de niños están comiendo muy
poco de los alimentos que necesitan y demasiado de aquellos que no les
hacen falta.
El resultado, según Unicef, es que muchos de ellos están
en riesgo de un mal desarrollo cerebral, problemas de aprendizaje, de
inmunización y de sufrir más infecciones y enfermedades.
"Millones de niños sobreviven con dietas poco saludables porque no
tienen otra opción mejor", explica en un comunicado la directora
ejecutiva de la agencia, Henrietta Fore.
Según
Unicef, es necesario cambiar la forma en la que se piensa y se responde a
la malnutrición: "no se trata únicamente de que los niños coman
suficiente, se trata sobre todo de darles la comida adecuada".
El informe describe una triple vertiente de la malnutrición: niños
desnutridos, hambre invisible causada por la falta de nutrientes
esenciales y sobrepeso.
Según los datos de Unicef,
149 millones de niños de menos de 5 años en todo el mundo son demasiado
bajos para su edad como consecuencia de una mala alimentación, mientras
que 50 millones son demasiado delgados.
En contra de
la percepción habitual, esos niños demasiado delgados, un problema que
en sus formas más severas puede ser letal, se concentran en Asia y no en
países con situaciones de emergencia como las que se dan en varios
africanos.
Además, 340 millones -uno de cada dos
niños en esa edad- sufren deficiencias en vitaminas y nutrientes
esenciales como la vitamina A o el hierro.
Mientras, 40 millones sufren de sobrepeso u obesidad, un problema que se ha disparado en los últimos años.
Los problemas, según describe el informe, comienzan desde los primeros
meses de vida, pues únicamente dos de cada cinco bebés menores de seis
meses se alimentan exclusivamente de leche materna, tal y como
recomiendan los especialistas.
El uso de formula
infantil ha aumentado de forma muy importante en los últimos años, con
un crecimiento de un 41 % a escala global entre 2008 y 2013 y
disparándose un 72 % en países de renta media-alta, como Brasil, China o
Turquía.
En la etapa siguiente, de los 6 meses a los
dos años, un 44 % de los niños no reciben frutas o verduras y un 59 %
no comen huevos, lácteos, pescado o carne, denuncia Unicef.
En el caso de los niños en edad escolar, el informe advierte sobre el
abuso de los alimentos ultraprocesados, de los refrescos y de la comida
rápida.
Como ejemplo, señala que el 42 % de los
adolescentes que van a la escuela en países de ingresos bajos y medios
consumen bebidas carbonatadas llenas de azúcar al menos una vez al día.
Unicef apunta como responsables a la publicidad inapropiada y a la
facilidad con la que se accede a esos productos, no solo en las
ciudades, sino también en zonas remotas.
Además, las
familias con menos recursos tienden a alimentar a sus niños con comida
de menor calidad, cuyo coste cada vez es más bajo, en contraste con el
aumento de los precios de productos saludables.
Como
ejemplo, en un país muy desarrollado, como el Reino Unido, la tasa de
sobrepeso se duplica en las zonas más pobres con respecto a las más
ricas.
Para combatir la mala nutrición infantil en el
mundo, Unicef recomienda trabajar en la educación alimentaria, utilizar
medidas como los impuestos al azúcar, incentivar a los productores para
que ofrezcan más comidas sanas o mejorar los etiquetados, entre otras
acciones.
"Estamos perdiendo terreno en la lucha por
unas dietas saludables", advirtió Fore, que subrayó que gobiernos, el
sector privado y la sociedad civil deben unirse para lograr resultados.
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