PARÍS.- El que fue presidente de Francia entre 1995 y 2007, el conservador Jacques Chirac, murió este jueves a los 86 años, anunció su familia.
Su salud se había deteriorado desde su salida del Elíseo, a causa sobre todo de un accidente vascular cerebral que sufrió en 2005, durante su segundo mandato.
En
septiembre de 2016 tuvo que volver a Francia con carácter urgente desde
Marruecos, donde estaba de vacaciones, para ser hospitalizado por una
infección pulmonar. Su última aparición en un acto oficial remonta a
noviembre de 2014.
En una de
las primeras reacciones de responsables de las altas instituciones del
Estado, el presidente de la Asamblea Nacional, Richard Ferrand, dijo que
Chirac "forma parte de la historia de Francia".
El
antiguo presidente francés nació en París el 29 de noviembre de 1932,
estudió en el Instituto de Estudios Políticos (Sciences Po) y en su
juventud estuvo vinculado a los socialistas y los comunistas, pero pronto derivó hacia la derecha y durante décadas fue uno de sus principales líderes.
Antes de llegar a la jefatura del Estado, fue dos veces primer ministro, varias veces ministro y también alcalde de París.
La
popularidad de este hijo de militar, nacido el 29 de noviembre de 1932
en París pero originario de la rural Corrèze, en el centro de Francia, fue de menos a más, hasta
que cuando salió del Elíseo en mayo de 2007 para dejar su puesto a su
correligionario Nicolas Sarkozy era uno de los personajes más queridos
del país.
Una buena imagen no enturbiada ni siquiera cuando en 2011 se convirtió en el primer expresidente galo condenado por corrupción, atrapado por los escándalos que dejó en la estela de su densa actividad de casi medio siglo en la primera línea.
Una nutrida carrera que le llevó a convertirse en figura esencial de la derecha francesa, en el origen de la conformación de los grandes partidos conservadores de los años 80 y 90.
Hasta que desde el Elíseo, que habitó entre 1995 y 2007, preconizó una política pragmática de ámbito conservador y se destacó por mantener el peso nacional de Francia en la Unión Europea.
Obstinado en recuperar el brillo del país en el concierto de naciones, recuperó en los primeros años de su mandato los ensayos nucleares en el Pacífico, mantuvo su independencia en el seno de la OTAN y frenó las tendencias más europeístas.
El último tramo de su presidencia estuvo marcado por su oposición a la guerra de Irak en 2003, lo que le valió una gran popularidad en el mundo árabe, y su fracaso en el referéndum
de ratificación de la Constitución Europea en 2005, último episodio de
las dificultades para arrastrar al pueblo que le acompañaron en su
carrera.
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