LONDRES.- El desempleo en el Reino
Unido alcanzó su nivel más bajo de los últimos 45 años, según datos
oficiales publicados este martes, pero la economía aún corre el riesgo
de caer en una profunda recesión debido a las turbulencias del Brexit.
Este
es el estado de la economía británica cuando el país se prepara para
dejar la Unión Europea el 31 de octubre, con o sin un acuerdo, según el
primer ministro Boris Johnson.
- ¿Cuán positivos son los datos de empleo? -
La tasa
de desempleo en el Reino Unido bajó a 3,8% a finales de julio, frente
al 3,9% del mes anterior, a su nivel más bajo desde 1974.
Por su
parte, los salarios subieron un 4,0% interanual, el nivel más alto desde
2008, pero impulsados por los pagos de primas y bonificaciones.
A
primera vista, los datos parecen positivos, pero la baja tasa de
desempleo no está impulsando la productividad. Muchos empleados trabajan
a tiempo parcial o tienen "contratos de cero horas" que no ofrecen
ninguna garantía mínima de tiempo de trabajo, señalan los analistas.
"El
empleo ha ido en aumento, pero el crecimiento ha sido mediocre, por lo
que el pago por hora trabajada en realidad ha disminuido", explicó Howard Archer, asesor económico principal del EY ITEM Club.
"Puede
haber algunas empresas que contraten a trabajadores recientemente por
la preocupación de que con un mercado laboral bastante apretado y el
Brexit sean incapaces de conseguir los trabajadores de calidad que
necesitarán en el futuro", agrega.
- ¿Cómo está la economía británica en general? -
El
análisis sobre la salud de la economía británica puede cambiar
rápidamente. La semana pasada, los expertos estimaban que el país se
dirigía hacia la recesión este año, incluso antes de Brexit, en medio de
una desaceleración mundial.
Sin embargo, las perspectivas
cambiaron tras los datos oficiales publicados el lunes, según los cuales
el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 0,3%, mucho mejor de lo
esperado, en julio.
Pese a todo, los expertos siguen previendo una
grave recesión en caso de que se produzca una salida sin acuerdo de la
Unión Europea.
"La economía del Reino Unido sigue en una posición
fuerte, desafiando los llamados a una recesión", afirma Chris Beauchamp,
analista jefe de mercados de IG, tras los datos del PIB y las cifras de
empleo son "sólidas, aunque no espectaculares".
- ¿Cuál es el impacto de una libra débil? -
La
libra, considerada como un mejor indicador de la salud económica del
Reino Unido que el mercado de valores de Londres, cargado de
multinacionales, sigue sufriendo la volatilidad provocada por el Brexit.
La
semana pasada cayó por debajo de los 1,20 dólares por primera vez en
casi tres años, alcanzando el nivel más bajo desde 1985, excepto por un
"choque relámpago" en 2016.
Una de las mayores consecuencias de la
debilidad de la divisa fue el aumento de los costos de importación, lo
que a su vez contribuyó al aumento de la inflación.
Pero mientras
el Banco de Inglaterra normalmente intentaría subir los tipos de interés
para poner un tope a la creciente inflación, la incertidumbre del
Brexit hizo que no actúe. Su tasa de interés principal es de sólo el
0,75%.
Los supermercados han intentado evitar repercutir sus
mayores costos sobre los consumidores debido a la fuerte competencia de
precios en el sector de la distribución alimentaria. Pero a las pequeñas
empresas les resulta más difícil y los británicos que viajan al
extranjero pagan unas vacaciones más costosas.
- ¿Brexit con o sin acuerdo? -
Aunque
el Reino Unido podría evitar caer en la recesión si llega a un acuerdo
de salida con la Unión Europea, los expertos predicen una dramática
ralentización económica en caso de un Brexit sin acuerdo.
La
última evaluación del Banco de Inglaterra prevé un desplome del PIB
británico del 5,5% tras un Brexit brutal. Según la misma estimación, el
desempleo aumentaría al 7,0% y la tasa de inflación anual se elevaría al
5,25%, frente al 2,1% actual.
Los trabajadores británicos recibieron, es cierto, sus mayores aumentos salariales
en más de 11 años este verano, mientras que la tasa de desempleo volvió a
caer a su nivel más bajo desde mediados de la década de 1970, según los
datos oficiales del martes.
No obstante, las señales de temor entre los empresarios han crecido a
medida que se acerca la última fecha límite para el Brexit. La
contratación fue más débil de lo esperado por los economistas, y las
ofertas de empleo cayeron a su nivel más bajo desde finales de 2017.
La
Oficina Nacional de Estadística (ONS, por sus siglas en inglés), dijo
que el crecimiento total de los salarios, incluidas las bonificaciones,
aumentó en un 4,0% anual en los tres meses hasta julio, desde el 3,8% en
los tres meses hasta junio, lo que representa su mayor aumento desde
mediados de 2008.
El Banco de Inglaterra sigue de cerca el
crecimiento de los salarios para medir las inflaciones futuras, y el
último aumento fue más fuerte de lo previsto en una encuesta de
economistas.
“Descontada la inflación, ahora han superado el 2% por primera vez en
casi cuatro años”, dijo el estadístico de la ONS David Freeman.
El
crecimiento salarial excluyendo los bonus, lo que permite eliminar del
dato cierta volatilidad, el crecimiento salarial retrocedió al 3,8%, en
línea con las previsiones de la encuesta de Reuters.
La tasa de desempleo cayó al 3,8%, volviendo a su nivel más bajo desde noviembre-enero de 1975.
Sin
embargo, la creación de empleo, con 31.000 puestos, fue inferior a los
53.000 esperados según el pronóstico medio de la encuesta de Reuters.
Las ofertas de trabajo también cayeron, alcanzando su nivel más bajo desde finales de 2017, con 812.000.
La
economía británica se contrajo en el segundo trimestre, lo que elevó la
perspectiva de una recesión antes de que el país abandone la Unión
Europea, aunque ese riesgo disminuyó después de que los datos del lunes
mostraran una recuperación más fuerte de lo esperado en el mes de julio.
El mercado laboral ha demostrado ser sorprendentemente fuerte
desde el referéndum de Brexit en junio de 2016, algo que muchos
economistas atribuyen, en parte, a que los empresarios contratan a
trabajadores manteniendo la opción de despedirlos luego en lugar de
comprometerse con inversiones a largo plazo.
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