BRASILIA.- El
presidente Jair Bolsonaro descartó cambios en el techo del gasto
público de Brasil solo un día después de sugerir que la medida debía ser
moderada para evitar un cierre del gobierno.
Al
comparar a Brasil con un crucero transatlántico, Bolsonaro tuiteó el
jueves que abandonar el techo significaría "abrir una grieta en el casco
del barco". En cambio, agregó, el gobierno necesita "reducir el gasto,
combatir el fraude y el despilfarro".
Su
declaración marcó un cambio de tono en relación a días anteriores.
Apenas 24 horas antes, Bolsonaro había dicho que, si no se hacía nada,
tendría que "cortar la electricidad" de todas las instalaciones
militares en el país.
Y el miércoles por la noche, su portavoz dijo que
el presidente podría enviar una propuesta al Congreso para relajar el
techo.
El
cambio de opinión vino después de una apelación del ministro de
Economía, Paulo Guedes, anoche. "Hablé con Guedes y no cambiaremos el
techo", dijo Bolsonaro en un evento el jueves.
El
episodio destaca la creciente presión sobre el presidente para que
alivie el tope de gastos, una enmienda constitucional aprobada por el
expresidente Michel Temer en 2016 que se convirtió en un pilar de la
confianza de los inversionistas en Brasil.
La medida fue destinada a
solucionar el creciente déficit presupuestario del país al limitar los
aumentos del gasto público a la tasa de inflación del año anterior. Este
año, el techo es de 1,4 billones de reales (342.000 millones de dólares).
El
debate sobre la necesidad de relajar el límite de gasto se ha ido
intensificando dentro del gobierno durante meses. Algunos miembros del
gabinete de Bolsonaro defienden una normativa más blanda porque el
margen para gastos discrecionales —que incluye la inversión pública— se
ha reducido cada año, dijo una persona familiarizada con la discusión.
En 2020, por ejemplo, la inversión pública se proyecta en 19.000
millones de reales, el menor nivel de la historia.
Sin
embargo, Guedes defiende que el gobierno debería reducir la
administración pública y liberar el presupuesto, según un miembro del
equipo económico. Los gastos obligatorios, particularmente los pagos de
pensiones y salarios, consumen el 94% del presupuesto federal.
La Constitución de Brasil también determina que parte de los ingresos
federales deben gastarse en ciertas áreas, como la salud y la educación,
lo que deja al gobierno cierto margen limitado de maniobra.
Una
tercera persona del equipo económico de Guedes dijo que, al implementar
una política fiscal estricta, el gobierno podría alcanzar el límite de
gasto entre este año y el próximo. Si no se aprueban las reformas
presupuestarias el próximo año, sin embargo, sería extremadamente
difícil hacerlo en 2021, agregó la persona.
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