WASHINGTON.- La Asociación de Fabricantes de
Automóviles Japoneses de Estados Unidos (JAMA, por sus siglas en inglés)
criticó este martes al presidente estadounidense, Donald Trump, por
considerar la importación de componentes y vehículos como una "amenaza" a
la seguridad nacional.
El presidente de JAMA, Akio
Toyoda, que es también el presidente de Toyota, señaló en un comunicado
que el grupo "está profundamente decepcionado con el anuncio del
presidente Trump de que los vehículos y componentes importados 'amenazan
con perjudicar' la seguridad nacional de los Estados Unidos".
El tono del comunicado es inusual para las compañías
japonesas que operan en Estados Unidos y el mensaje ha sido difundido
cuando Trump parece estar más dispuesto que nunca a restringir el
comercio internacional tanto con Asia como con otros socios
tradicionales.
El pasado viernes, Trump señaló que
las importaciones en el sector del automóvil son una amenaza para la
seguridad nacional porque desde hace 30 años están reduciendo el mercado
para los fabricantes considerados estadounidenses, como General Motors
(GM) y Ford.
La Administración Trump quiere negociar
acuerdos con Japón, la Unión Europea y otros exportadores de automóviles
en los próximos seis meses para restringir las importaciones en Estados
Unidos.
"Estamos consternados al escuchar un mensaje
que sugiere que nuestras contribuciones de largo plazo en inversiones y
empleo en los Estados Unidos no son bienvenidas. Como presidente, estoy
profundamente entristecido por esta decisión", aseguró Toyoda.
El directivo destacó que los 14 miembros de JAMA, desde Daihatsu a
Toyota pasando por el grupo Nissan, Honda, Mazda y Kawasaki, tienen
ahora 24 plantas de producción en Estados Unidos, 45 centros de
investigación y desarrollo y 39 centros de distribución en 28 estados
del país.
"Tenemos de forma acumulada 51.000 millones
en inversiones sólo en instalaciones de producción", afirmaron los
fabricantes japoneses.
Esta presencia se traduce en
93.000 empleos directos en el país y, de acuerdo a un reciente estudio,
1,6 millones de empleos "están apoyados por los fabricantes japoneses".
"Cualquier medida restrictiva al comercio produciría un grave golpe al
sector del automóvil y la economía estadounidenses" y afectaría
negativamente no sólo a los consumidores del país sino también "a la
competitividad global de los vehículos producidos en Estados Unidos",
continuó JAMA.
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