LONDRES.- Theresa
May hizo una última apuesta desesperada para obtener la aprobación de
su acuerdo para el brexit en el Parlamento británico antes de ser
expulsada de su cargo, pero sus esfuerzos parecen condenados al fracaso.
En
un discurso apresurado el martes, la asediada primera ministra prometió
a los miembros del Parlamento una votación sobre si convocar otro
referéndum para ratificar el divorcio de Gran Bretaña de la Unión
Europea. Es algo que muchos parlamentarios, incluidos algunos del
opositor Partido Laborista, han estado pidiendo, pero la condición fue
que respaldaran su acuerdo.
Pocos
minutos después de su discurso, comenzó la reacción. Parlamentarios
conservadores a favor del brexit se unieron al líder de la oposición,
Jeremy Corbyn, y los aliados irlandeses de May para condenar sus
propuestas. Se comprometieron a votar en su contra en la Cámara de los
Comunes el próximo mes.
El
fracaso del acuerdo de May arrojaría al Reino Unido a una nueva ola de
confusión e incertidumbre. El resultado del brexit sería casi imposible
de predecir, ya que quedará en manos del sucesor de May como líder
conservador y primer ministro completar el proceso.
Dejar
la UE sin un acuerdo, o incluso permanecer dentro del bloque, podrían
volver a ser opciones una vez May se haya ido.
Boris Johnson, quien ha
dicho que estaría dispuesto a irse sin un acuerdo, es el favorito en la
carrera por el liderazgo extraoficialmente en curso. Johnson se apresuró
a salir contra el último plan de May, al igual que su rival, Dominic
Raab.
La
oferta de May posiblemente representa el último esfuerzo de una primera
ministra que se ha quedado sin opciones. Casi tres años después de que
el Reino Unido votara para salir de la UE, el acuerdo de May ha sido
rechazado tres veces por el Parlamento.
Su partido se prepara para una
derrota en las elecciones europeas del jueves, una votación en la que el
Reino Unido no debía participar y se vio obligado a hacerlo por el
retraso del brexit.
May
ha prometido someter su acuerdo, en forma de proyecto de ley, a
votación en el Parlamento en la primera semana de junio. Ante los
abrumadores pedidos de que renuncie, la primera ministra ha prometido
acordar el calendario de su propia salida una vez la votación haya
tenido lugar. A menos que se produzca un milagro político, May se dirige
a un final humillante para su carrera.
"He
intentado todo lo que puedo para encontrar el camino", dijo May a una
audiencia en el centro de Londres. "Me ofrecí a renunciar al trabajo que
amo antes de lo que me gustaría".
La
primera ministra asegura que aunque las conversaciones entre partidos
con el Partido Laborista fracasaron, la mayoría de los miembros del
Parlamento aún quieren cumplir el resultado del referéndum de 2016.
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