WASHINGTON.- El
agricultor Blake Hurst del estado de Misuri calcula que este año
perderá unos 250.000 dólares por la guerra comercial con China, una
situación que se repite en otras partes del país donde muchos granjeros
piden al presidente de EE.UU., Donald Trump, un acuerdo con el gigante
asiático.
"En
el último año he perdido en torno al 20 % de ingreso", dijo este viernes Hurst, que tiene una explotación de soja y maíz de unos 6.000
acres (unas 2.428 hectáreas), de la que dependen seis familias.
Precisamente
el jueves Trump aprobó un paquete de ayuda al sector agrícola de 16.000
millones de dólares, con el fin de paliar los efectos de la disputa
comercial con China.
En
2018, el Gobierno estadounidense ya anunció un programa de asistencia
similar por 12.000 millones de dólares para agricultores y ganaderos.
La
guerra comercial con China se ha recrudecido a comienzos de este mes,
con el aumento por parte de EE.UU. de los aranceles a importaciones
chinas de más de 5.000 productos, valoradas en unos 200.000 millones de
dólares, pasando de un gravamen del 10 % a uno del 25 %.
Como
represalia, China planea imponer a partir del 1 de junio aranceles del
25 % a bienes importados de EE.UU. por valor de 60.000 millones de
dólares.
Para
Hurst, "las ayudas anunciadas por el Gobierno son más generosas de lo
que esperaba, pero insuficientes": "Lo que queremos es una solución a
todo esto", dijo este agricultor, que es presidente del Missouri Farm
Bureau, la principal agrupación de granjeros del estado.
Hurst
se quejó del desplome de los precios tanto de la soja como del maíz,
aunque aseguró que el primer cultivo ha sido el más afectado.
"La
mitad de la soja que cultivamos la dedicamos a exportación y de esa
cantidad un tercio iba para China", dijo, al tiempo que añadió que
siguen exportando a otros mercados como la Unión Europea (UE).
Desde
el vecino estado de Illinois, donde el principal cultivo es la soja, el
economista sénior del Illinois Farm Bureau, Mike Doherty, explicó hoy que los precios han descendido en los últimos doce meses al menos
dos dólares.
Doherty,
cuya organización es la principal asociación de agricultores de ese
estado y agrupa a unos 400.000, indicó que en enero la Universidad de
Illinois hizo una proyección de las pérdidas que sufriría el granjero
medio si el precio de la soja caía hasta los 8,5 dólares la fanega, y
calculó que serían de unos 85.000 dólares este año.
"El
problema es que (la fanega de soja) ahora está a ocho dólares, e
incluso menos, así que imagínese cuáles van a ser las pérdidas",
lamentó.
Para
compensar ese descenso, los agricultores de Illinois están plantando
maíz, cuyo valor también está bajando pero a un ritmo menor.
Este
economista auguró que si no se da salida a la disputa comercial con
China, "algunos agricultores pequeños no serán capaces de asumir el
coste de los equipos al igual que otras granjas grandes".
Y, en consecuencia, "habrá un número mayor de granjeros que dejarán de serlo", predijo.
Otra
de las repercusiones será una mayor concentración de las explotaciones
agrícolas y "un aumento del estrés financiero sobre las granjas en forma
de retrasos en (el pago) de préstamos. Va a haber más agricultores
endeudados", señaló Doherty, quien llamó la atención sobre el
aplazamiento en la compra de utensilios y maquinaria por parte de los
afectados.
Respecto
a la ayuda anunciada este jueves por Trump, "necesitamos ver los
detalles, todavía no sabemos cuánto va a recibir cada agricultor",
remarcó.
Aun
así, a juicio de este economista, lo que se necesita para resolver la
situación en la que se encuentra el sector agrícola del país es "volver a
tener relaciones comerciales normales y resolver los asuntos que
tengamos con países como China y con otros socios comerciales
importantes como Japón y la UE".
Y
es que, recordó, "no se puede olvidar el hecho de que China es el país
más poblado del mundo, hay que tenerlo en cuenta si quieres vender
soja".
"Creo
que (los aranceles a China) se han impuesto por alguna razón y esta
Administración tiene unos objetivos determinados con los aranceles,
estamos a la espera de ver que esa estrategia funcione", apuntó el
experto.
No
obstante, Doherty se mostró esperanzado en que la situación se
solucione, como ha ocurrido con Canadá y México, con los que EE.UU.
logró renegociar un nuevo tratado comercial, que se ha bautizado como
T-MEC.
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