WASHINGTON.- Delegados de Juan Guaidó,
reconocido por más de 50 países como presidente interino de Venezuela,
anunciaron en la sede de la OEA haber recaudado más de 100
millones de dólares en ayuda humanitaria para su país en las últimas
tres semanas.
El anuncio fue hecho al cierre de la "Conferencia
Mundial de la Crisis Humanitaria en Venezuela", realizada en la sede de
la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washington, en medio
de llamadas a poner fin a la "dictadura" de Nicolás Maduro como única
forma de resolver el desabastecimiento y la escasez en el país.
"Se han comprometido más de 100 millones de dólares en
ayuda humanitaria al pueblo venezolano, recursos que van a ser
utilizados única y exclusivamente para alimentos y medicamentos que
puedan ingresar al país", dijo el político venezolano en el exilio David
Smolansky, coordinador del Grupo de Trabajo para los Migrantes y
Refugiados de la OEA.
Smolansky dijo luego a periodistas que esa
cifra corresponde a fondos prometidos por distintos países y
organizaciones desde el 23 de enero.
Ese día, Guaidó, jefe del
Parlamento elegido en 2015, se autoproclamó presidente en funciones
constitucionales comprometiéndose a organizar nuevas elecciones, luego
de que el Legislativo declarara "usurpador" a Maduro, quien inició su
segundo mandato el 10 de enero tras cuestionados comicios.
Según
lo detallado por Smolansky, hasta ahora la ayuda humanitaria incluye 20
millones de dólares de Estados Unidos, unos 40 millones de dólares de
Canadá, 20 millones de euros de Alemania, 6,5 millones de libras
esterlinas del Reino Unido, 1 millón de euros de Holanda, 500.000
dólares de Taiwán, 140.000 dólares de Nueva Zelanda, 30 millones de
euros de la Unión Europea y unos 30 millones de dólares de organismos
multilaterales.
El dinero llegará en especie directamente a los
centros de acopio instalados en la frontera con Colombia y Brasil y en
la isla caribeña de Curazao, dijo.
Durante la conferencia en la
OEA, a la que asistieron unas 60 delegaciones internacionales,
representantes del sector privado, ONGs y miembros de la sociedad civil,
embajadores de varios países tomaron la palabra para explicar sus
aportes, entre ellos Argentina, que no anunció fondos pero sí
cooperación a través de sus Cascos Blancos.
El ingreso de asistencia
humanitaria centra actualmente la pugna por el poder entre Guaidó y
Maduro, quien niega que haya una "emergencia humanitaria", culpa de la
carestía a Washington por aplicar sanciones y ve en los planes de la
oposición una excusa para iniciar una intervención militar que lo saque
del poder.
Al abrir la conferencia, el representante de Guaidó
ante Estados Unidos, Carlos Vecchio, dijo que la "prioridad" es lograr
ingresar la asistencia a Venezuela el 23 de febrero, según el cronograma
anunciado por Guaidó.
"La razón de nuestra lucha no es otra que parar el dolor y
el sufrimiento del pueblo de Venezuela. ¡Ya basta! Es suficiente, ha
sido demasiado el dolor, demasiado", dijo, antes de advertir que "si la
usurpación continúa" todo será peor también para la región.
Venezuela
está sumida en la mayor crisis económica de su historia moderna, con
una hiperinflación estimada para este año en 10.000.000% por el FMI.
Esto ha provocado la salida del país de unos 2,3 millones de venezolanos
(7% de la población) desde 2015, según la ONU.
"La ayuda
humanitaria que más precisa Venezuela es un cambio de régimen", recalcó
el secretario general de la OEA, Luis Almagro, cuyo discurso terminó con
aplausos de pie de buena parte del centenar de asistentes.
La
conferencia fue realizada en la OEA a instancias de Almagro, a quien
Vecchio llamó "hermano" y "amigo" y quien fue varias veces reconocido y
agradecido por su feroz oposición a Maduro.
Pero la OEA está
dividida con relación a la crisis venezolana. Aunque el organismo aprobó
una resolución desconociendo a Maduro, solo 16 de los 34 miembros
activos del bloque firmaron el 24 de enero una declaración reconociendo a
Guaidó.
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