BRASILIA.- El
crecimiento del consumo de las familias de Brasil y la producción
agropecuaria provocaron que la mayor economía de Sudamérica, con 207
millones de habitantes, creciera un 1,0 % en 2017 tras dos años de
recesión, y que pusiera fin a una de las más profundas crisis económicas
del país.
El
estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) informó
este jueves que la economía del gigante sudamericano, impulsada
principalmente por el aumento del consumo y de la producción
agropecuaria, creció un ligero 1,0 % en 2017, tras la retracción del 3,5
% en 2015 y del 3,5 % en 2016, cuando el país encadenó dos resultados
negativos por primera vez desde la década de 1930.
La
expansión de 2017 fue la mayor en los últimos cuatro años, desde el 3,0
% medido en 2013, ya que en 2014 la economía tan sólo creció un 0,5 %.
El
índice, sin embargo, aún está lejos del 7,5 % alcanzado en 2010, cuando
Brasil era considerado como una de las grandes promesas entre las
economías emergentes.
"La
recuperación fue impulsada principalmente por el aumento del consumo de
la población, que creció favorecido por el crecimiento de la renta de
los trabajadores, la elevación del número de personas trabajando, la
fuerte caída de los precios, la caída de los intereses y el aumento del
crédito", explicó a Efe el director de Estudios Macroeconómicos del
Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA), José Ronaldo de Souza.
El
aumento del consumo fue favorecido por la reducción de la inflación,
que en 2017 registró su menor nivel en dos décadas, la caída de las
tasas de intereses a sus niveles más bajos en varios años y a la ligera
disminución del desempleo, que a fin del ejercicio seguía alto pero no
en las tasas récord de los primeros meses.
El
consumo de los brasileños, que responde por el 63,4 % del PIB del país y
en la primera década de este siglo colocó a Brasil entre las seis
mayores economías del mundo, creció un 1,0 % en 2017 tras caer un 3,2 %
en 2015 y un 4,3 % en 2016.
"La
tasa de desempleo aún sigue bastante elevada debido a que aumentó el
número de personas que buscan trabajo. Pero la población que está
trabajando aumentó considerablemente gracias a las contrataciones y eso
significa más gente recibiendo salario y más gente con potencial de
consumo", dijo De Souza.
El
analista apuntó que el otro gran impulsor de la economía fue el sector
agropecuario (13 por ciento), aunque aclaró que su expansión obedeció
principalmente a una cosecha récord.
Mientras,
el sector servicios apenas creció un 0,30 % y la industria se mantuvo
estable (0,0 %), afectada por un desplome del 5% en construcción.
Para
el ministro de Hacienda de Brasil, Henrique Meirelles, "el resultado
confirma las expectativas de un crecimiento de cerca del 3 % en 2018".
La
previsión de los economistas es que la recuperación se mantenga en los
dos próximos años y que la economía de Brasil crezca entre el 2,89 % en
2018 y el 3,0 % en 2019.
"La
recuperación en los próximos años va a depender de lo que haga el
presidente que asumirá en enero de 2019. No está todo bien porque Brasil
tiene un grave problema fiscal que hay que corregir para garantizar un
crecimiento sustentable", aclaró De Souza.
Meirelles
afirmó que la inversión, que sólo reaccionó en el último trimestre con
una expansión del 2 %, permite prever una expansión más fuerte de la
economía este año.
"Había
una capacidad ociosa en nuestra industria, pero la retomada del
crecimiento cambió esa realidad y los empresarios están invirtiendo para
atender el aumento de la demanda", dijo.
Según
el IBGE, la tasa de inversión en el país, cuyo bajo nivel es señalado
por los analistas como una de las razones que impiden a Brasil crecer
con todo su potencial, bajó desde el 16,1 % del PIB en 2016 hasta el
15,6 % en 2017.
No hay comentarios:
Publicar un comentario