CARACAS.- El presidente de Venezuela,
Nicolás Maduro, decretó esta madrugada el estado de emergencia económica por
60 días, reservándose mayores atribuciones legales para hacerle frente a
las "catastróficas" cifras que colocan al país petrolero como el de
peor desempeño en América.
El mismo día del anuncio, el Banco Central dio a
conocer las cifras del comportamiento económico luego de un año de
silencio: el Producto Interior Bruto del país petrolero se contrajo un
4,5 por ciento entre enero y septiembre de 2015 y la inflación se elevó
108,7 por ciento en el mismo lapso.
Maduro, un ex chofer de autobús de 53 años, argumenta
que requiere poderes especiales para luchar contra la "guerra económica"
de empresarios y políticos opositores, a los que responsabiliza por la
crisis que sufre Venezuela.
"(Es) una verdadera tormenta donde estamos nosotros en
este momento", dijo el mandatario, reconociendo la gravedad de la crisis
al calificar las cifras publicadas por el instituto emisor como
"catastróficas".
"No es la tormenta de Maduro, como algunos creen poder
apostar, es una situación de todo un país que afecta a toda la familia
venezolana y que amerita hacer, por lo menos, el esfuerzo de poner en el
centro los puntos de interés", agregó durante su rendición anual de
cuentas ante el parlamento.
Entre las prerrogativas que el Ejecutivo se adjudicó
con el decreto están el control del presupuesto sin supervisión de la
Asamblea Nacional, la posibilidad de intervenir empresas y bienes
privados con el fin de garantizar el abastecimiento y la facultad de
establecer límites máximos de acceso a bolívares.
Además, el decreto permite la agilización de la
burocracia para expandir las compras estatales en un país que importa la
gran mayoría de los bienes que consume.
La Asamblea Nacional, de mayoría opositora, tendrá
hasta ocho días para vetar o ratificar el estado de excepción. Asimismo,
el Tribunal Supremo de Justicia deberá pronunciarse sobre la
constitucionalidad del decreto que entró en vigencia el viernes.
Maduro pidió al parlamento que apruebe la norma. Si es ratificada, la cámara podrá prorrogarla hasta por otros 60 días.
"Vamos a ver si (la oposición) aprueba (el decreto).
Muy difícilmente lo hagan porque ellos son los generadores de la guerra
económica", opinó el diputado Diosdado Cabello, segundo hombre fuerte
del partido de Gobierno.
Las cifras
publicadas el viernes por el Banco Central confirmaron la profundidad de
la crisis. La economía venezolana acumula siete trimestres consecutivos
de contracción, y la inflación marcó nuevos máximos históricos.
Como un punto a favor para su Gobierno, el presidente
destacó que la cifra de hogares pobres en el país fue de un 19,1 por
ciento al cierre de 2015 y que el desempleo se mantuvo bajo, en un 6 por
ciento.
Opositores, que dudan de las cifras oficiales,
sostienen que el penoso trance es el corolario de más de tres lustros de
controles de cambio y precios y han pedido medidas urgentes como
unificación cambiaria, liberación de precios y el aumento del costo de
la gasolina más barata del mundo.
En un guiño a quienes piden medidas urgentes, Maduro
dijo que "llegó la hora" de aumentar el precio de la gasolina y pidió
establecer el diálogo con las empresas privadas y la oposición, aunque
evitó hablar sobre otras acciones específicas.
"Tenemos 17 años con este régimen y con este modelo",
dijo el presidente de la Asamblea, el opositor Henry Ramos. "Ha sido un
modelo económico que no ha tenido buenos resultados, el modelo es
erróneo y ahí están las cifras", agregó.
El año pasado, el mandatario también prometió aumentar
el precio de los combustibles, pero finalmente no lo hizo y en Venezuela
aún es posible llenar un tanque de 60 litros por menos de un dólar.
A pesar de que el subsidio a la gasolina le representa
al fisco un gasto de unos 12.500 millones de dólares al año, analistas
opinan que el aumento debe llegar al precio del mercado internacional
para que el Estado pueda embolsarse los fondos necesarios.
El panorama no luce bien para Venezuela: según cálculos, el país debe pagar este año unos 9.500 millones de
dólares en deuda externa, lo que representa más de la mitad de sus
reservas.
A pesar de las dudas del mercado, el mandatario ratificó en su discurso del viernes su voluntad de honrar los compromisos.
"El decreto de emergencia intenta justificar la
profundización del intervencionismo basado en la crisis causada por el
mismo intervencionismo", dijo el presidente de la encuestadora local
Datanálisis, Luis Vicente León.
"No hay cambio de rumbo en materia económica", agregó.
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