BRUSELAS.- España no logró convencer a la Unión Europea para que le permita flexibilizar la meta de déficit del PIB que tenga en cuenta la difícil coyuntura de recesión económica y elevado desempleo que atraviesa el país.
Suecia y Finlandia, además de varios representantes comunitarios se han opuesto a que se revisen las metas ya fijadas para reducir las deudas soberanas que han estado en el origen de la actual crisis que vive la zona euro, en un momento en que 25 de los 27 países de la UE - con excepción de Reino Unido y República Checa- se preparan para firmar este viernes el Pacto de Estabilidad fiscal que pone límites al endeudamiento.
"Lo primero que hagamos tras la entrada en vigor de las nuevas reglas no puede ser suavizarlas", dijo el primer ministro sueco, Frederik Reinfeldt, mientras su homólogo finlandés, Jyrki Katainen, aseguró que sería "completamente erróneo" ampliar el margen para reducir el déficit.
Incluso en el proyecto de declaración que deben adoptar este viernes, los mandatarios dejan claro que los "Estados miembros que están sometidos al escrutinio de los mercados deberían cumplir las metas acordadas y estar dispuestos a ahondar las medidas de consolidación si fuera necesario".
El Gobierno de Mariano Rajoy pretendía que sus socios comunitarios aceptaran subir el techo de déficit este año, del 4,4% del PIB, tras el desvío registrado en 2011 que se situó en 8,5%.
"Nosotros presentaremos nuestros presupuestos con arreglo a lo que nos parezca razonable y sensato", zanjó el presidente del gobierno español Mariano Rajoy al término del primer día de la cumbre, tras reconocer que no había hablado del asunto con sus colegas "ni nadie le había preguntado" sobre el desfase presupuestario.
"De esto (el déficit) no se habla aquí, hasta junio es un tema que no se cierra", dijo el presidente.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, había asegurado antes de reunirse con sus colegas del Eurogrupo que "España va a cumplir todos sus compromisos desde el punto de vista de lo que es el ajuste presupuestario, teniendo en cuenta que las circunstancias han cambiado", antes de recordar que el "proceso de negociación empieza ahora".
El consejo de ministros español tiene previsto aprobar este viernes "un techo de gasto, un cuadro macroeconómico y los envolventes del presupuesto para 2012", recordó Luis de Guindos.
El gobierno conservador de Rajoy tiene una ecuación difícil de resolver: más austeridad equivale a más recesión y por ende más desempleo, pero sin austeridad España incumplirá el objetivo pactado con Bruselas de reducir el déficit.
Al desequilibrio de las cuentas públicas estatales y autonómicas, que se eleva a unos 91.344 millones de euros, se suma un desempleo del 23,3% -el mayor de la Unión Europea- y una recesión económica que llevará al país este año a un crecimiento negativo del -1%, según datos de la Comisión Europea.
Para cumplir con el objetivo pactado con Bruselas, España tendría que recortar 28.941 millones adicionales en 2012, que se sumarían al tijeretazo de 15.175 millones anunciado el pasado 30 de diciembre (8.900 millones de ahorro en el gasto público y 6.275 millones por la subida de impuestos).
"Está claro que España tendrá que hacer todo para demostrar al exterior que el país sigue firmemente comprometido a no abandonar el camino de la consolidación", dijo el presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker.
El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, también dijo que Bruselas examinará el caso, pero se mostró inflexible con un eventual cambio de objetivos.
Esperamos que "el proyecto de presupuesto se haga en el respeto del Pacto de Estabilidad ya que hay que respetar nuestras reglas", dijo.
"Todavía no hemos recibido el informe completo de las razones de este incumplimiento del déficit del año pasado (...) ni el proyecto de presupuesto para 2012" para España, recordó Barroso.
Una concesión a España para eximirla o suavizar la amarga medicina de la austeridad que preconiza Alemania para superar la crisis de la deuda abriría la caja de Pandora en la UE.
Y es que los problemas que tiene España para cuadrar sus cuentas los viven también Grecia -que está pendiente de concluir la operación de canje de deuda con los acreedores privados para recibir el rescate de 130.000 millones de euros de la Eurozona y evitar la bancarrota- Portugal, Irlanda, Italia o incluso Holanda, que también ha recibido un rechazo para renegociar el techo de su déficit.
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