La decisión del G20 de aplazar la imposición de normas globales más estrictas contra el sector bancario para salvaguardar la recuperación económica y conducir al fortalecimiento de las entidades permitió al Ibex comenzar con fuerza la semana y situarse al borde de los 9.700 puntos.
Sin embargo, las dudas sobre la solvencia de la banca para devolver la financiación concedida por el Banco Central Europeo (BCE) hundió al Ibex el martes, que registró la tercera mayor caída del año (-5,45%).
La adjudicación el miércoles de 131.933,19 millones por parte del BCE y de otros 3.501 millones el jueves por parte del Tesoro español logró tranquilizar de nuevo a los mercados y a la banca, pero la calma duró poco, ya que las advertencias de Moody's volvieron a sembrar las dudas.
La agencia de calificación crediticia situó el 'rating' 'Aaa' de la deuda soberana española en revisión de cara a una posible rebaja y advirtió de un posible recorte del 'rating' de la deuda del Instituto de Crédito Oficial (ICO), así como de la deuda emitida por los bancos españoles con garantía del Estado.
Además, el aumento de las peticiones de subsidios por desempleo en Estados Unidos y la destrucción de 125.000 puestos de trabajo en junio impidió a Wall Street despegar y, por el contrario, contribuyó al pesimismo en el resto de mercados.
En este contexto, el Ibex cerró la semana con sólo cuatro valores en positivo: Banco Sabadell (+4,51%), FCC (+1,24%), Mapfre (+0,96%) y Banesto (+0,37%). Por el contrario, Telecinco lideró las caídas con un fuerte retroceso del 11,19%, seguido de Iberia (-10,06%), Sacyr Vallehermoso (-9,83%), Grifols (-9,09%) y ArcerlorMittal (-8,68%).
Iberdrola, por su parte, cedió un 4,78%, por delante de Bankinter (-4,12%), BBVA (-3,37%), Telefónica (-3,25%), Banco Popular (-1,96%), Repsol YPF (-1,86%) y Banco Santander (-1,19%).
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