BUENOS AIRES.- El Gobierno de Argentina extendió en más de un mes, hasta el
24 de julio, el plazo límite para llegar a un acuerdo con acreedores en
las negociaciones por la reestructuración de una deuda soberana de cerca
de 65.000 millones de dólares, dijo el Ministerio de Economía en un
comunicado.
La prórroga es la quinta que realiza el Gobierno del presidente
Alberto Fernández para lograr un entendimiento con acreedores
internacionales, con quienes las negociaciones sufrieron un enfriamiento
en los últimos días.
La nación sudamericana, que en mayo cayó en
la novena cesación de pagos de su historia, ha propuesto dos veces
mejoras a su oferta para reestructurar su abultada deuda emitida bajo
legislación extranjera. Sin embargo, esta semana la tensión entre las
partes creció ante la falta de acuerdo.
Los grupos
de acreedores exigen que el país mejore aun más su oferta, mientras que
la postura del Gobierno es que no puede seguir cediendo después de
elevar su propuesta a alrededor de 50 centavos por dólar más un
atractivo adicional vinculado a sus exportaciones.
La extensión
de las negociaciones fue informada minutos antes de que expirara el
plazo anterior. Una fuente con conocimiento de las negociaciones y
familiar con la postura del Gobierno dijo que el diálogo entre
las partes continúa abierto, pero que no es sencillo.
“Los
acreedores todavía no entienden que el Gobierno ha llegado al límite
absoluto de lo que puede ofrecer. La falta de coordinación entre
bonistas ha sido el principal problema y uno que con suerte puede ser
mitigado en el curso de un exhaustivo proceso del período de
suscripción”, señaló.
La fuente, que pidió que su identidad no
sea revelada, agregó que el proceso de acuerdos de confidencialidad ha
llegado a su límite de utilidad y que actualmente no ayudaría a llegar a
un convenio.
Poco después del anuncio del Gobierno argentino,
dos grupos de acreedores del país sudamericano, Ad Hoc y Exchange
Bondholder Group, dijeron en un comunicado que “continúan listos para
participar constructivamente” en las negociaciones, pero que estaban
decepcionados con el reciente freno en el diálogo entre Argentina y
algunos bonistas.
Por su parte, analistas creen que, a pesar de las tensiones, las dos partes aún deberían poder llegar a un punto en común.
“Aunque
hubiera sido mejor que las negociaciones continuaran con declaraciones
más constructivas, esta no es la primera vez que la reestructuración
parece estar en un punto muerto”, dijo Morgan Stanley el viernes en un
reporte.
Agregó que con un rendimiento de salida del 10%, la
oferta del Gobierno valía alrededor de 49,7 centavos, mientras que la
mejor oferta de los dos grupos de acreedores, que incluyen fondos como
BlackRock, Fidelity y Alliance Bernstein, valía alrededor de 57
centavos.
“Con
una diferencia de menos de 8 puntos, no beneficiaría a ninguna de las
partes irse por completo de las negociaciones”, dijo el banco de
inversión, que sostuvo su opinión de que se alcanzará un acuerdo en el
tercer trimestre del año.
Goldman Sachs dijo por su lado que si
bien los riesgos habían aumentado, las dos partes podrían encontrar una
manera de cerrar una brecha que calculó en 5 centavos y “evitar un
incumplimiento desordenado y contencioso”.
Los bonos argentinos
subieron el viernes en promedio alrededor de 0,9% después de perder
terreno un día antes, mientras que el riesgo país caía 38 puntos básicos
a 2.565 unidades.
El presidente argentino Alberto Fernández se
mostró optimista el viernes respecto a la posibilidad de resolver el
tema de deuda con los bonistas y criticó el nivel de endeudamiento que
alcanzó el país.
“Las negociaciones con los acreedores avanzan y
tenemos la confianza de encontrar un punto de acuerdo”, señaló en una
entrevista con Radio Nacional. “La Argentina debe dejar esta triste
manía de tomar deuda que después no puede cumplir”, agregó.
Conocida
ya la decisión del Gobierno de extender el plazo de negociaciones, a
fin de mes el país igual enfrenta vencimientos de bonos que tienen un
período de gracia de 30 días. Argentina incumplió con tres pagos de
intereses en mayo.
Siobhan Morden, de Amherst Pierpont, dijo en
un reporte que “la fase final (de las negociaciones) es la más difícil,
pero aún parece ilógico que no se pueda alcanzar una solución cuando
ambas partes están tan cerca”, agregó.
Algunos analistas son más negativos en sus expectativas.
Kim
Catechis, jefe de estrategia de inversión de Martin Currie, dijo que en
medio de una rudeza “en constante aumento”, Argentina se arriesgaba a
quemar puentes con los inversores, y advirtió sobre la creciente
prominencia de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
Un
tenedor de bonos con conocimiento de las negociaciones dijo que las dos
partes parecían esquivar un acuerdo. “Es como si estuviéramos bailando a
su alrededor. Es un juego, lo están tratando como una continuación de
un juego de póker que quieren seguir jugando”, dijo.
Roger
Horn, estratega senior de mercados emergentes de SMBC Nikko Securities
America en Nueva York, dijo que, dado el difícil contexto actual, el
progreso ya realizado fue notable.
“Cuando lo piensas, obtener
una recuperación de casi 50 centavos de dólar de un país ‘defaulteador’
serial, con los peronistas en el poder, Cristina (Fernández) en la
trastienda, con una economía colapsada durante una pandemia, no suena
tan mal”, señaló.
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