LONDRES.- El grupo de acreedores privados de
Argentina Ad Hoc Bondholder Group, en el que se encuentran grandes
fondos de inversión como BlackRock, Fidelity o Ashmore, han dado por
fracasadas las negociaciones de la reestructuración de la oferta de
deuda con Argentina y han avisado de que estudiarán "todos los derechos y
recursos legales disponibles" en su capacidad como fiduciarios para los
millones de ahorradores que abarcan dichas compañías.
Los fondos explicaron en la madrugada del jueves que, a pesar las
mejoras adicionales en su propuesta para la reestructuración, las
autoridades argentinas han elegido proseguir con el incumplimiento de
pagos o 'default', lo que, según ellos, incrementa los riesgos de
deterioro económico en una economía que tiene "necesidades urgentes de
nuevas inversiones y acceso a los mercados internacionales de capital".
"Con la propuesta más reciente se le ha ofrecido a Argentina una
oferta de reestructuración de deuda integral y sostenible por parte de
los mismos inversores que apoyarían al país en las próximas décadas. El
gobierno ha decidido alejarse de esa solución", añaden.
El grupo, que incluye a 13 administradores de activos
internacionales y posee en torno a 16.700 millones de dólares (14.883
millones de euros) de los títulos de deuda argentina, ha apostillado que
ha hecho "todo lo posible para llegar a un acuerdo viable con el
gobierno argentino", pero que, sin embargo, las autoridades han optado
por "profundizar innecesariamente el deterioro económico actual" al
rechazar una "solución sensata y sostenible al problema de la deuda".
Los fondos han resaltado que su última propuesta incluía un alivio
significativo del flujo de caja en los próximos tres años, con una
combinación de cupones "particularmente bajos" y extensiones de
vencimiento, que ofrecen un alivio superior a los 23.000 millones de
dólares (20.495 millones de euros) en los próximos cuatro años,
proporcionando un alivio de efectivo para Argentina equivalente al 90%
de los pagos contractuales.
La oferta también incluía reducciones de en torno al 42% en los
papeles, llevando la tasa del bono promedio al 3,6%, lo que está
"incluso por debajo de los emisores soberanos mejor calificados en los
mercados emergentes", además del alivio de futuras presiones de
refinanciamiento, con vencimientos promedio de 12,7 años y sin ningún
pago de amortización hasta la segunda mitad de 2025.
Por último, la oferta del grupo incluía un alivio total del flujo
de efectivo superior a los 38.000 millones de dólares (33.880 millones
de euros) para los siguientes nueve años y está diseñada bajo el marco
macroeconómico utilizado por el Gobierno y con el análisis de
sostenibilidad de la deuda del FMI.
La propuesta también añade "un esfuerzo adicional" por parte del
gobierno del 0,3% del PIB anual, distribuido a lo largo de los próximos
diez años, para cerrar las brechas entre las diferentes propuestas.
Los fondos han apostillado que esta oferta brinda "amplio espacio
fiscal para que Argentina implemente políticas responsables para abordar
los desafíos económicos y sociales inmediatos" que enfrenta el país,
incluso en medio de la pandemia, al mismo tiempo que preserva el valor
para los tenedores de bonos internacionales.
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