NUEVA YORK.- El nivel de desarrollo humano, que mide de forma combinada la
educación, la salud y las condiciones de vida en el mundo, podría
experimentar un retroceso por primera vez en tres décadas debido a las consecuencias de la pandemia del COVID-19, según ha alertado el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El impacto se está dejando notar ya en países ricos y pobres de todas
las regiones y las previsiones son que la pandemia termine provocando una caída del 4 por ciento de la renta per cápita mundial, según la agencia de la ONU.
El cierre de escuelas que ha traído consigo el
coronavirus, decretado para evitar la propagación de la enfermedad que
provoca, ha tenido como resultado que el 60 por ciento de los niños en edad escolar no estén recibiendo educación, un dato nunca visto desde la década de los años 1980.
El PNUD calcula que el 86 por ciento de los niños de primaria se encuentran actualmente sin escolarizar en los países con un desarrollo humano bajo, comparado con el 20 por ciento en los países con un desarrollo humano muy alto.
“El mundo ha visto muchas crisis en los últimos 30 años, incluida la
crisis financiera mundial de 2007-2009. Todas han golpeado con fuerza al
desarrollo humano pero, en general, a nivel global se ha conseguido
avanzar cada año”, ha destacado el administrador del PNUD, Achim
Steiner. “La COVID-19, con su triple impacto en salud, educación e ingresos, puede alterar esta tendencia“, ha lamentado en un comunicado.
Según resalta el PNUD, el impacto conjunto de estos choques podría
dar lugar a un retroceso inédito en los niveles de desarrollo humano,
sin tener en cuenta otras consecuencias importantes, como en el avance
hacia la igualdad de género, dado el particular impacto que la pandemia
tiene en mujeres y niñas.
Las previsiones apuntan a que la caída del desarrollo humano será mucho mayor en los países en desarrollo,
puesto que cuentan con menos medios para gestionar los efectos sociales
y económicos de la pandemia que otros países más ricos.
Sin embargo, sostiene la agencia de la ONU, con un acceso más
equitativo a Internet que permita a los países rezagados cerrar la
brecha respecto a los que encabezan su grupo de desarrollo, algo que es
factible, “las desigualdades actuales en materia educativa podrían cerrarse”.
En este sentido, sostiene que la adopción de intervenciones decididas
y enfocadas en la equidad puede impulsar la reacción de las economías y
las sociedades de manera que se logren mitigar los profundos efectos de
la pandemia.
“Esta crisis muestra que si no somos capaces de integrar la equidad en nuestras políticas muchas personas quedarán atrás“,
ha advertido el director de la oficina del Informe sobre Desarrollo
Humano del PNUD, Pedro Conceiçao, subrayando que “esto cobra especial
relevancia en el caso de las ‘nuevas necesidades’ del siglo XXI, como el
acceso a Internet, que nos está permitiendo aprovechar los beneficios
de la educación a distancia, la telemedicina y el trabajo desde casa”.
El PNUD sostiene que se pueden llevar a cabo enfoques centrados en la equidad a un costo razonable.
Así, por ejemplo, se calcula que cerrar la brecha digital en los países
de renta media y baja costaría solo un 1 por ciento de los
extraordinarios paquetes de medidas fiscales de apoyo aprobados hasta el
momento en todo el mundo en respuesta a la COVID-19.
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