BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) propuso este jueves crear un fondo europeo
dotado con 100.000 millones de euros que concederá préstamos a los
países más afectados por el COVID-19, como España e Italia, para
ayudarles a costear medidas destinadas a evitar los despidos por la
pandemia.
La iniciativa, bautizada como “SURE”, tendrá que ser aprobada por los
países de la Unión Europea (UE), que la debatirán en la reunión del
Eurogrupo del próximo 7 de abril, donde se espera que adopten más
medidas ante una crisis que ha obligado a paralizar gran parte de la
actividad económica y amenaza con disparar los niveles de paro, como
revelan ya los indicadores de marzo.
Bruselas plantea en concreto que los países utilicen la financiación
comunitaria para sufragar sus sistemas de empleo temporal, por los que
las empresas mantienen contratados a los trabajadores aunque caiga o
cese su actividad y el Estado interviene con ayudas públicas para pagar
los salarios.
En España se trataría esencialmente de los Expedientes de Regulación
Temporal de Empleo (ERTE), aunque la CE apunta a que podrían también
financiarse medidas de apoyo a los autónomos.
El objetivo es minimizar los despidos para que la economía pueda
echar a rodar cuanto antes, una vez termine la emergencia sanitaria.
“El confinamiento ha paralizado la oferta y la demanda. Muchas
empresas se han quedado sin ingresos y si no hacemos nada tendrán que
despedir a sus trabajadores. Como consecuencia, cuando el motor de la
economía mundial se reanude, no tendrán la fuerza laboral que necesitan,
perderemos mercados y esto limitará nuestra recuperación”, explicó la
presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, en una rueda de prensa.
Para conseguir estos 100.000 millones de euros en financiación, la
Comisión Europea emitirá deuda en el mercado respaldada por los avales
que deberían aportar todos los Estados miembros, en función de su renta
nacional bruta, lo que supone que los más ricos deberían contribuir más.
Para que pueda echar a andar, sin embargo, se necesita un mínimo de
25.000 millones de euros en avales (25 % del total) y que los
Veintisiete hayan contribuido. Von der Leyen aseguró que todos los
países con los que ha debatido la propuesta se han mostrado de acuerdo
con la misma.
La propuesta no prevé una asignación para cada uno de los Estados de
la UE, sino que cada país deberá solicitar un préstamo si lo necesita.
Sin embargo, fija como límite que los tres países que más fondos reciban
no podrán copar más de 60.000 millones entre los tres.
La Comisión evaluará la propuesta, en concreto, qué parte del aumento
del gasto público registrado a partir del 1 de febrero de este año está
ligada a la creación de estos esquemas de trabajo temporal, y
determinará la cuantía, plazos de vencimiento, tipos de interés o número
de desembolsos del crédito.
Los vencimientos serían largos, en torno a diez años como mínimo, y
los tipos de interés los que pague la Comisión en el mercado, explicaron
expertos del Ejecutivo comunitario, que calculan que unos 15 países
podrían estar interesados.
Al contrario que con las ayudas del fondo de rescate, estos préstamos
no tendrían condiciones macroeconómicas o en términos de reformas
estructurales.
El fondo sería temporal, limitado a paliar la crisis del coronavirus, aunque la duración no se ha precisado.
La propuesta llega el mismo día en que en España se ha conocido que
el número de parados aumentó en 302.265 personas en marzo, el primer mes
con medidas de confinamiento, lo que supone el mayor incremento de su
historia y eleva el total de parados a 3,54 millones.
El fondo “SURE” es la versión de “emergencia” del Reaseguro Europeo
de Desempleo, una propuesta de instrumento permanente para que la UE
complemente los sistemas de paro nacionales.
Bruselas, que tenía pensado presentar a finales de año esta
iniciativa, reclamada entre otros por España, mantiene la intención de
hacer una propuesta a largo plazo una vez pase la emergencia actual.
La idea de un fondo temporal se enmarca dentro de la carrera
contrarreloj de la UE para intensificar su respuesta económica a la
crisis, después de que los países fuesen incapaces de ponerse de acuerdo
sobre qué medidas tomar la semana pasada.
Tras el claro rechazo de Holanda y Alemania, entre otros, a la
emisión de deuda mutualizada -los llamados coronabonos- que reclaman
España, Italia y otros siete países, y las reticencias del Sur a activar
el Mecanismo Europeo de Estabilidad (el fondo de rescate) por las
condiciones y el estigma que conlleva, en los últimos días han surgido
nuevas ideas que salen de esta dicotomía.
El fondo contra el paro que propone Bruselas podría generar menos
reticencias entre los países del Norte. De hecho, el ministro de
Finanzas alemán, Olaf Scholz, ya se mostró el año pasado partidario de
establecer un seguro de desempleo comunitario.
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