MADRID.- La pandemia de coronavirus en España destruyó el mes pasado empleo con
una rapidez ni siquiera experimentada durante la crisis financiera de
hace más de una década, con un incremento histórico en el paro
registrado y una brutal caída de la ocupación de 833.979 personas.
Sólo desde el 12 de marzo, días antes de decretarse el estado de
alarma con drásticas medidas de confinamiento para frenar el avance del
COVID-19, salieron del sistema un total de 898.822 trabajadores, destacó
el Ministerio de Seguridad Social, de los que el 61,2% (550.651) eran
trabajadores temporales, especialmente de sectores como construcción y
hostelería.
Bares y restaurantes llevan cerrados desde el 14 de
marzo y únicamente profesionales con calificación de “esencial” pueden
salir a trabajar desde el pasado lunes, además de los empleados que
pueden seguir desarrollando sus funciones desde casa. Tradicionalmente,
marzo ha sido un mes benigno para el mercado laboral por la Semana
Santa.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dijo que las cifras
eran “tremendas” y que su departamento había tramitado prestaciones para
alrededor de 620.000 personas afectadas por expedientes de regulación
de empleo temporales (ERTE) y que la factura pública asociada a la
epidemia en marzo ascendió a unos 1.200 millones de euros.
Díaz
dijo que estas suspensiones temporales, durante las cuales el Estado
paga al trabajador, no engrosan las lista de desempleo y los afectados
se mantienen como cotizantes.
La ministra dijo que al sistema
habían llegado 9.670 expedientes de este tipo, aunque menos de la mitad
son competencia del Estado central. Sin embargo, añadió que —según los
datos disponibles hasta ahora de las comunidades autónomas— un friolera
de casi un cuarto de millón de empresas han solicitado hacer un ERTE.
Grupos
industriales y de servicios han anunciado centenares de miles de
despidos temporales desde el comienzo de una crisis que literalmente ha
paralizado a la economía y ha forzado al Gobierno de coalición de
izquierda a anunciar un paquete de medidas de choque de 200.000 millones
de euros.
“El
déficit público va a elevarse de forma significativa pero transitoria”,
admitió el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.
Según
los últimos datos de Sanidad, el COVID-19 ha infectado a más de 110.000
personas en el país y ha causado la muerte de más de 10.000.
El
número de parados registrados subió en marzo en un récord mensual de
302.265 personas, hasta un total de 3.548.312, un nivel no observado
desde abril de 2017.
“Era de esperar esta cifra de paro,
especialmente en (trabajadores) temporales desde el estado de alarma y
las primeras consecuencias de la extensión de la epidemia”, dijo el
ministro de Transporte, José Luis Ábalos, en una entrevista con la
cadena de radio pública RNE.
En términos de ocupación, el país
cerró el mes de marzo con 18,44 millones de ocupados, frente a los 19,25
millones de febrero.
El líder del sindicato español UGT, Pepe
Álvarez, dijo a RNE que los despidos se han cebado especialmente con
“las mujeres, los jóvenes, con los sectores de trabajo más precarios,
sobre todo hostelería, el sector de la restauración y los trabajadores
de la construcción”.
Escrivá
dijo que un ritmo de destrucción de empleo tan rápido no tenía
precedentes, ni siquiera durante la crisis financiera global provocada
por la quiebra de Lehman Brothers en septiembre 2008.
Entonces,
durante un periodo de 101 días laborales, se destruyeron los casi
900.000 empleos que el virus ha destruido en tan solo 14 días laborales.
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