WASHINGTON.- Centenares de personas se
aventuraban a manifestar contra la prolongación del confinamiento en
Estados Unids, alentados por el presidente Donald Trump, pese a que su
país ostenta cerca de la cuarta parte de las más de 157.000 muertes que
la COVID-19 ha causado hasta este sábado en el mundo.
Y mientras
varias ciudades estadounidenses registraban protestas, comenzaba un
megaconcierto a las 18:00 GMT a través de internet para aliviar el
confinamiento que mantienen cerca de 4.500 millones de personas, más de
la mitad de la población mundial.
El concierto virtual, en apoyo al personal de la salud en
el mundo, reúne entre otros, a estrellas como Taylor Swift, The Rolling
Stones, Annie Lennox, Luis Fonsi, Elton John, Jennifer López, Celine
Dion, Paul McCartney, Stevie Wonder y Billie Eilish.
En Estados Unidos, centenares de manifestantes desafiaron en las
calles a las autoridades de estados demócratas que sostienen las medidas
de confinamiento.
Cerca de 400 personas se reunieron bajo una
lluvia fría en Concord, New Hampshire, muchas a pie y otras en sus
automóviles, para protestar contra las cuarentenas prolongadas en un
estado con relativamente pocos casos confirmados de COVID-19.
En tanto, el estado de Nueva York, epicentro de la pandemia en
Estados Unidos, registró el menor número de fallecidos en las últimas
dos semanas, con 540 en las últimas 24 horas, aunque el gobernador
Andrew Cuomo advirtió que esta aparente mejora debe tomarse con pinzas,
pues hubo al mismo tiempo 2.000 nuevas hospitalizaciones.
"Ya no estamos en una meseta, pero aún no estamos en buena posición", dijo.
Y mientras Trump reiteró
sus ataques contra China al considerar que "ocultó" la gravedad de la
pandemia, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el jefe de la
diplomacia británica, Dominic Raab, también pusieron en duda la
transparencia de Pekín.
Prácticamente no hay un solo país o
territorio del planeta donde no haya llegado el coronavirus, que ya ha
infectado a más de 2.280.000 personas y matado a más de 157.000 desde
que apareció en China a fines de 2019, según el último recuento.
Europa registra casi la mitad de esos contagios y más de
100.000 de los fallecidos, sobre todo en Italia (más de 23.200 decesos),
España (más de 20.000), Francia (más de 19.300) y Reino Unido (casi
15.500). Muy por debajo de esas cifras, China reporta 4.632 muertos.
Pero
Estados Unidos es el país más golpeado del mundo, con más de 706.000
contagios y 37.079 fallecidos. En América Latina el número de muertos
supera los 4.000 y África registra más de 1.000.
Pero
más allá de la instigación de Trump, a nivel mundial los gobiernos se
enfrentan al dilema de cuándo y cómo poner fin al confinamiento.
Tras semanas
devastadoras, las señales de la desaceleración de la epidemia en Europa,
aunque se sigan reportando cientos de muertos, ha llevado a algunos
países a pensar en el desconfinamiento.
"La Iglesia del
cementerio de Bérgamo vacía. Al fin", escribió este sábado el alcalde de
esa localidad italiana en Twitter, y mostró en un foto el interior del
lugar ya sin los numerosos ataúdes que tuvo recibir desde hace semanas.
A partir del 11 de mayo está previsto que se reanuden
actividades, o incluso se reabran los colegios, en Francia y Suiza. En
Alemania la cita es el 4 de mayo, el 27 de abril en Noruega. Dinamarca
ya lo aplica. En España, los alumnos seguirán estudiando desde casa el
tercer trimestre y no hay fecha para reabrir los centros educativos.
Pero
la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido del riesgo de
una segunda ola mortal del virus, si se levanta el confinamiento muy
pronto.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que
la frontera con Estados permanecerá cerrada por otro mes. Y en América
Latina, países como República Dominicana, El Salvador o Paraguay
prolongan los toques de queda o los confinamientos.
El confinamiento es aún más duro en los países más pobres o en conflicto, en África, Medio Oriente o América Latina.
"Señor
presidente, estamos atravesando una crisis alimentaria. Aquí hay una
guerra", advirtió Joani Fredericks, una activista de Sudáfrica,
preocupada porque el confinamiento en su país ha derivado en choques con
la policía y saqueos en los barrios más empobrecidos, a causa del
hambre.
En Brasil, con más de
2.300 muertos y más de 33.000 infectados -aunque el número real de
contagios podría ser 15 veces mayor, según investigadores- la situación
sanitaria en las favelas es particularmente preocupante.
"Hay
grandes riesgos de propagación del virus en la favela, en torno a un
40-50% de test que se hacen aquí son positivos", dice Tiago Vieira Koch,
director de clínica que trabaja en Rocinha, en Rio.
La crisis sanitaria amenaza con pasar una pesada factura a
Latinoaméricana y borrar los avances de los últimos años, como ya
advirtió el Banco Mundial, que prometió 160.000 millones de dólares para
financiar proyectos contra la pandemia en los próximos quince meses.
Después
de que Argentina declarara una moratoria para el pago de la deuda
interna, los acreedores de Ecuador aceptaron extender hasta agosto el
plazo para que pague 811 millones de dólares de intereses de su deuda
externa, que serán utilizados para luchar contra el coronavirus.
En medio de las dificultades económicas, muchos países luchan por abastecerse de material para atender la emergencia.
En
México (casi 6.900 casos y y más de 540 fallecidos) el gobierno, que
prohibió la incineración de los cuerpos de los muertos por la COVID-19
sin identificar, anunció la compra de 1.000 respiradores a Estados
Unidos, una décima parte de lo que el presidente Andrés Manuel López
Obrador, le había pedido a Trump.
Argentina recibió su primer vuelo con insumos procedentes de China, un avión con 13 toneladas de material sanitario.
Tanto
en América Latina como en Europa y otras regiones, la situación de los
migrantes es foco de preocupación. Unas 1.700 personas sin documentos
-en su mayoría provenientes de Latinoamérica- quedaron varados en su
ruta a Estados Unidos en una zona selvática de Panamá, donde esperan
hacinados la apertura de fronteras.
Guatemala
por su parte anunció que las deportaciones de guatemaltecos desde
Estados Unidos han sido suspendidas hasta nuevo aviso tras un repunte de
casos de coronavirus entre los expulsados.
Otro frente sensible
son las prisiones. Dos presos murieron en un motín desatado por temor al
coronavirus en una cárcel del norte de Perú, tras el deceso de otro
interno por la COVID-19.
En Ecuador falleció un preso de una
cárcel donde hay unos 1.400 detenidos, mientras en Colombia murieron
tres reclusos y 20 estaban contagiados en la cárcel de Villavicencio, en
el centro del país.
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